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Supe de Heberto Castillo en mi infancia, un afortunado regalo que me hizo mi madre, marcó mi vida; Para que ejercitara mi incipiente lectura, me hizo entrega de una revista de monitos excepcional: Los Supermachos de Rius (Eduardo del Río). En ella conocí al marginado Calzontzin, la mustia y beata de Doña Eme y al infaltable cacique pueblerino, Don Perpetuo del Rosal.
En la contraportada, venía un artículo de Heberto Castillo, lo leí, como dije, solo por practicar la lectura, pero la revista me capturó, me sedujo, como sea, la seguí adquiriendo, sobra decir que eso definió, para siempre, mi posición política, con alegría y buen humor, desde entonces me convertí en un pequeño rebelde.
Ya en mi adolescencia y en mis tiempos de estudiante normalista, conozco más del articulista, su nombre completo, su origen y sus batallas; El veracruzano Heberto Castillo Martinez, Ingeniero Civil, calculista, extraordinario cientifico, a la par, activista política de izquierda nacionalista, preso en 1968 por apoyar a los estudiantes universitarios de la UNAM, entre otras luchas.
Su desempeño en la ciencia de la ingeniería, lo hace un clásico en esa materia, pero sus convicciones de izquierda, lo hacen incorruptible como persona y como activista político. Fundador del Partido Mexicano de los Trabajadores y del Partido Mexicano Socialista, del cual en 1988 es candidato a la presidencia de la república, pero en un gesto de congruencia con el momento histórico que se vive en nuestro pais, declina a favor del también Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, entonces candidato del insignificante Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), eso facilita la formación del Frente Democrático Nacional (FDN), que indiscutiblemente permite que dicho frente opositor gane la presidencia de la república, pero el incipiente modelo neo liberal, arrebata a los mexicanos la posibilidad de tener un gobierno popular y nacionalista.
Heberto, fue un hombre sencillo, honesto, apacible, entendía a la perfección el modo de ser del mexicano común, él era uno de ellos, jamás fue tentado por las ofertas de la clase política en el poder, para distraerlo de su activismo político. Era un lider natural, pero no protagonista obcecado.
Mucho se tiene que aprender de él, principalmente, quienes dentro del actual contexto de coyuntura política, se cuelgan de un discurso y una actitud de transformación social, que probablemente no entienden, simplemente se disfrazan de progresistas, repiten cantaletas de posicionamientos políticos para decir que quieren cambios, pero que todo sigue igual.
El próximo 5 de abril serán 22 años de la partida de un mexicano de excepción, con 10 personajes como él, se podría mantener el rumbo que los mexicanos diseñaron hace 8 meses, tipos como él, nunca mueren.
