Atrás de la cinta perimetral, o sea adentro del corralito, el Cabildo en pleno y la mayoría de los presentes en la sala de junta de cabildo, ya sabían el tema principal de esta reunión; el regidor Rosendo Arráyales, como es costumbre fue el primero en pedir la palabra. La incertidumbre de los presentes y quizá lo morbosidad se terminó cuando el edil, como si fuera cosa suya y como si fuera cierto eso de que en el pedir esta el dar, pidió la renuncia del contralor José Guerra..
Como sintiéndose dueño de la situación hasta en tono un poco grosero íncrepa al profesionista en área de contabilidad y le dijo: mejor vete a… se pensó que le iba a decir que se fuera allá, donde uno manda a la gente que no le agrada, o a la Hacienda de Andrés Manuel López Obrador, pero tal vez se arrepintió y completó la frase diciendo, _vete a la Colorada_.
Los ánimos subían de tono, como queriendo impacientar al interpelado José Guerra y este como la frase bíblica que habla de la gallina que busca proteger con sus alas a sus polluelos reviró los señalamientos ya directos que le hacían algunos ediles con los adjetivos de mentiroso, luego con la exhortación de Rodrigo Bours para que se excluya en algunos casos de investigación de contraloría donde se le señala ser parte de conflicto de intereses, donde aseguraron que su hijo era parte o formó parte de la administración del rastro donde se señalan varios millones de pesos no comprobados en la inversión de ese inmueble.
La impaciencia, la serenidad parecían que eran cosa pérdida del contralor, cuando íncrepa diciendo que no aceptaba que le señalaran con esos adjetivos y con otra que con la familia no se metiera sino había pruebas de los señalamientos. Cosa esta que al parecer los ediles no tienen bien documentada, toda vez que los señalamientos de conflicto de intereses, cuando menos y al parecer en el asunto del rastro municipal no se dan.
Emeterio Ochoa participa con una pequeña pieza de oratoria que hace que amainen los ánimos y convence a la mayor parte de los ediles, aduciendo que esto no es para para zanjar venganzas y antes de hacer señalamientos habrá que informarse detalladamente primero, obviamente esto con alusión a Rodrigo Bours y a Rosendo Arráyales,
La morbosidad y la impaciencia de los presentes siguen en torno a la propuesta de Arráyales que ya fue secundada por Rodrigo Bours, en el sentido de que El contralor presente la renuncia.
También el regidor que viste como couboy , llamó a la calma y la serenidad, y que se aplacaran los ánimos.
El momento de la votación llega, el alcalde pide levantar la mano a aquellos que estén con la renuncia de Guerra Beltrán. Tres manos se alzan en señal de aprobación, luego quince lo hacen en desacuerdo y dos se manifiestan tibiamente, es decir, ni en pro ni en contra, como decía Alberto Cortez, no son de aquí ni de allá. Entre los que dan el voto de confianza a Guerra Beltrán además de los ediles de morena, está la compañera de bancada de Arráyales, Guadalupe Ochoa y la de Rodrigo Bours.
El ímpetu de Arráyales se manifiesta al tomar la palabra sin haberla pedido y obviamente sin habérsela concedido, lo hace visiblemente molesto por el resultado de la votación y manifestando que está en desacuerdo, también a Mariscal Alvarado se le nota el enfado y lo increpa: pediste la votación y esa se dio, siendo la propuesta rechazada por los mismos regidores, y casi le grita: esta es Democracia, y esta, la democracia se debe respetar .
Dicen que el oficio político se hace y se adquiere de poco a poco, en algunos de estos regidores sus sueños y esperanzas ya están puestas en el congreso del estado, puede que de aquí a entonces ya dominen este oficio al que abrazaron fervorosamente y en el que algunos de ellos se vieron envueltos en forma inesperada, es decir por cuestión de suerte.