En los años setenta, era común principalmente entre los universitarios aquella frase pronunciada por el Dr. Salvador Allende de que: Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica.
El adjetivo de revolucionario, era cuando menos, tener idea de lo que era el izquierdismo.
Algunos llevaron a la práctica el contenido de esta frase, otros lo intentaron. Esto porque de alguna manera era casi obligado, estar en permanente contacto con la literatura en boga de aquel tiempo, que abordaba este género.
Quienes practicaban esto, sentían orgullosamente ser de izquierda.
Hoy, al parecer la izquierda parece nuevamente estar en boga.
Pero también al parecer a más de moda, lo es también por motivos de conveniencia, que en principios doctrinarios. Algunos dirán de esto, que es el signo de los tiempos.
Sin embargo muchos son los que de alguna manera se sienten decepcionados por la forma y los rumbos que ahora se toman, para llegar y sentirse pomposamente militantes de izquierda. Signo de los tiempos y los tiempos traen cambios.
En el nuevo gobierno encabezado por Andes López Obrador, es de observarse estos nuevos militantes de izquierda, en el que muchos de ellos se ostentan, como secretarios de dependencias federales, como alcaldes y con ellos varios miembros de su cabildo, lo mismo que en las legislaturas estatales.
La llegada al poder de muchos de ellos, no constituyo ningún esfuerzo, como lo hacían los viejos luchadores de izquierda, empapados de sabiduría , con experiencia amplia en la lucha de clases, fraguados en batallas de ideas y de exposiciones, conocedores de la vida campesina, de la vida obrera, de la vida universitaria.
A veces es lastimoso ver desde la cámara de senadores, de diputados federales, diputados locales y de regidores de cabildo, como se empoderaron del poder, sin tener ningún merito para ello. Lo mismo que secretarios de estado y una amplia gama de funcionarios públicos, en el poder de un gobierno de izquierda al que solo hace unos cuantos meses repudiaban y del que hace unos cuantos años le hacían la competencia tutelados por partidos de la derecha, de los que fueron fieles servidores y de los que se sirvieron fielmente.
En Cajeme, para dar un ejemplo, han alzada las voces algunos que al parecer son líderes de partidos en el poder, en principios exigiendo cuotas de ese mismo poder, quienes alzaban la voz con el argumento de haber sido factores indiscutibles del triunfo en las diferentes alcaldías.
De cierto es que algunos alcaldes con toda humildad, les hicieron ver a estos líderes que los triunfos alcanzados no se lograron con la fuerza electoral de que ellos presumían representar, que si bien es cierto como es natural todas las fuerzas electorales aportan cierta cantidad de votos, que en las mas de las veces son mínimas, y no lo suficientes para alcanzar las victorias y que estos triunfos se lograron a un factor llamado Andrés López Obrador.
También reclaman algunos líderes, que las oficinas del partido por el que legaron al poder están lastimosamente abandonadas. Esto a su decir por la ingratitud de los funcionarios, que en teoría deben hacer aportaciones de la mitad de sus i ingresos para el sostenimiento de estos espacios. Esto, según se dice mediante acuerdos previamente aprobados.
Lo más probable es que de quienes esperan recibir la mitad de sus sueldos ni enterados estén de este acuerdo, toda vez que no tienen ni han tenido, formación morenista, sino lo único que tuvieron fue la surte de estar ahí, de mera casualidad cuando paso aquel tranvía y le gritaron _ dame la mano morena_ y ellos se subieron sin saber qué rumbo llevaba, porque lo más seguro es que de haber sabido a donde llegarían no se hubieran aventurado a prometer donar la mitad de su sueldo, porque de cierto es que en su gran mayoría, afortunados o no de ser miembros del burocratismo, trabajamos para satisfacer primeramente muestras necesidades fisiológicas y no para hacer actos donde demos la impresión de ser generosos.
Así pues, en la izquierda del poder específicamente de Cajeme, no están todos los que son y como consecuencia no son todos los que están.
De ser así, tan solo como principio de lealtad y de generosidad, entre otras cosas, no estuviera en el abandono que están sus oficinas.