|
Sin entrar en profundos rollos históricos, del cómo y dónde se generaron estos dos conceptos; se dice, que según la posición de los que estaban a favor de la oligarquía gobernante (Reyes), se ubicaban a la derecha y los que estaban en contra, a la izquierda. Hasta la fecha persiste ese concepto; solo que ahora que nos gobierna la “izquierda” ¿los opositores se ponen a la derecha y los que están con el gobierno en turno a la izquierda? Habrá que analizar en las conferencias del “mañanero” Presidente, la posición de los que lo acompañan a la “primicias madrugadoras”.
Los que siguen igual, son los que están en medio, la ciudadanía en el centro de la discusión; esa masa amorfa manipulable por ambos “partidos” para moldearla a sus intereses políticos, sin importar los medios, para llegar al fin que persiguen. Las izquierdas, de ideología comunista, totalitarias, donde el gobierno tiene el poder absoluto y la injerencia, hasta en la vida privada de sus gobernados. Las derechas, entre “el conservadurismo” y el capitalismo en ocasiones asfixiante y voraz, aunque por esencia son liberales, por el respeto al libre albedrio. En la teoría, las derechas, tienden más a la doctrina demócrata-socialista-cristiana. (Tomas de Aquino).
¿Que es Comunismo y que es Capitalismo? sin extendernos en sus variantes, según las circunstancias de cada País. El comunismo antiguo o primitivo, es la primera etapa del proceso evolutivo dialéctico de la humanidad, de acuerdo a la visión marxista, se caracteriza por presencias de hordas o tribus, comunidades pequeñas, que no conocían las clases sociales, la propiedad privada de la tierra ni la esclavitud. Comunismo (“moderno”) es última etapa del proceso evolutivo, después del primitivo, el esclavismo, feudalismo, capitalismo y el socialismo. Visualizado como una comunidad mundial de abundancia económica, ausencia de clases sociales y principio de la verdadera historia, sin estados nacionales, caracterizada por la posibilidad de encarar el desarrollo pleno y libre de todas las potencialidades individuales. Según Marx “un fin en sí mismo”. *
(Nota personal: es una utopía, por la esencia y evolución humana).
Socialismo: doctrina política que sostiene que los bienes productivos, de cambio y distribución deben ser de propiedad pública y que el gobierno debe estar controlado por la única verdadera mayoría, que es el pueblo TRABAJADOR. El concepto de socialismo son todas aquellas doctrinas que privilegian el momento social, sobre el momento individual, lo común (comunismo), sobre lo privado, especialmente en lo referente a la propiedad de los bienes de producción. **
El capitalismo: Sistema de la iniciativa individual y de la sociedad industrializada en la que la actividad económica es ejercida por empresas privadas que operan con un mínimo de interferencia del estado, bajo el incentivo de ganancia. El trabajo es considerado como una mercancía…como cualquier otro objeto de cambio, que organiza la producción para un mercado, en el marco de una economía monetaria. Esa es su estructura original. Su evolución posterior es: el capitalismo monopolista, imperialista y el capitalismo de Estado, revolución de los gerentes (separación de la propiedad y la gestión de las empresas), revolución de ingresos (incremento de la participación del salario en los beneficios de la actividad económica), difusión popular de la tenencia de acciones, co-gestión empresarial (neo-capitalismo).***(Fuente *-**-*** Arnoletto, E.J.: Glosario de Conceptos Políticos Usuales, ED. EUMEDNET, 2007 http://www.eumed.net/dices/listado.php?dic=3
Winston Churchill decía: “El problema del capitalismo es la desigual distribución de la riqueza, mientras la virtud del socialismo es la igual distribución de la miseria”. “Los cristianos decían: todo lo mío es tuyo; los socialistas dicen: todo lo tuyo es mío”.
El pueblo venezolano, como otros pueblos, se encuentra apretujado ante esa tenaza; un brazo de la misma, representada por la izquierda y el otro brazo de la tenaza, por la derecha, que causa confusión entre los ciudadanos, discusiones estériles y denostaciones en ambos sentidos.
Haciendo de nuevo –como en otros escritos – referencia a José Ortega y Gasset, y porque el contexto lo amerita, lo que este Filosofo español, pensaba de ambos bandos (“izquierdo y diestros”, quizás ambos siniestros, sin ofender a los primeros, del significado de la palabra). Decía: “ser de izquierda, es como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil; ambas, en efecto, son formas de la hemiplejia moral… hoy las derechas prometen revoluciones y las izquierdas proponen tiranías...”
Ambas ideologías, imbrican frecuentemente sus tendencias filosóficas con filias religiosas; cristianas o de otras doctrinas. La izquierda en este aspecto “manifiestan sus fobias”. Hay líderes, “aunque incrédulos”, aparecen como el dicho aquel: “A Dios rogando, pero con el mazo dando”, “rezando, pero remando”. Pero con otra interpretación, diferente al anecdótico original del: ayúdate que yo te ayudare. En estos conceptos se podría hablar de un “sincretismo político social”, con que se busca el poder, se invoca a la ayuda celestial o a su representante terrenal. Vuestra Santidad, él Papa.
Observando el problema político de Venezuela, en referencia a lo anterior, quizás Nicolás Maduro, invoque a algún demonio, pidiendo ayuda, pero también a Dios, a través del Papa Francisco, para seguir, dictatorialmente gobernando a su País. O que el pajarito de Chávez “le dicte el camino correcto” o “al hacer su viaje al futuro, regrese con lo solución perfecta para su País”. Gobernantes con tendencia social-comunistas lo han apoyado (Rusia, China, Turquía, Cuba, Bolivia y Nicaragua). Concluido su periodo normal de gobierno y continuar aferrado al poder, Maduro, desde ese momento, preside un gobierno de Facto; por no estar reconocido de acuerdo a la norma jurídica, expresada en la Constitución de Venezuela.
Según la Doctrina Tobar, propuesta en 1907 por el Médico y Canciller Ecuatoriano, Carlos R. Tobar, en defensa de legitimidad democrática, para que los gobiernos de la América Latina se abstuvieran “por su buen nombre y crédito”, de reconocer a los regímenes de facto surgidos a fuerza…"hasta que la representación del pueblo, libremente elegida, haya reorganizado el país en forma constitucional". Esto último es la pretensión de la Asamblea Nacional Venezolana.
Por otro lado, el Presidente electo, de la Asamblea Nacional (AN), asume, con la votación de la AN, el gobierno temporal de Venezuela, mientras se convoca a elecciones, pero con verdadero espíritu democrático, proceso que rechaza Maduro. La mayoría de los países de la comunidad europea y Estados Unidos (Trump, con presión del Congreso de ese País ¿se conocen los nexos de éste, con Putin, el Presidente de Rusia?), respaldan a Juan Guaidó, Presidente de la Asamblea Nacional, lo mismo que el grupo de Lima, con excepción de México, que, junto con Uruguay, apoyan soterradamente a Maduro, abogando por una salida negociada, de la crisis venezolana, mostrando una “supuesta neutralidad”. México propone participar en ese dialogo.
El Gobierno de México, fundamenta su “no intervención”, en un principio Constitucional, basada en la Doctrina Estrada (Genaro Estrada 1930) que se sustenta en los principios: de la libre determinación de los pueblos y el de la no-intervención. En aras de una “respeto mutuo y la cooperación entre las naciones”. Doctrina que no se aplicó, ejemplos: por el Gral. Lázaro Cárdenas, en la guerra Civil de España (1936); el apoyo a la revolución cubana por otro presidente y que también los siguientes la han ignorado; como en los derrocamientos de gobiernos dictatoriales, como el de Somoza en Nicaragua, y en el Pinochetazo en Chile, el apoyo al actual dictador Ortega, que le “heredará” el poder a su esposa. En el caso de Venezuela, algunos emisarios, adeptos al nuevo gobierno de México, han manifestado el apoyo al gobierno de facto de Maduro (Fernández Noroña, Dolores Padierna, Yeidckol Polesky, Paco Ignacio Taibo II, entre otros). La propuesta del gobierno mexicano de participar en la mesa de negociación, como dijo el Dr. José Tobar (en 1927), se puede tomar como una intervención convenida, y que se diga que no es propiamente una intervención. Pero ante el apoyo “bajo la mesa” al dictador (in) Maduro, se percibe en la tibieza con el disfraz de la violada y obsoleta Doctrina Estrada, enterrada por la globalización de los problemas socio-políticos; principalmente por la violación a los Derechos Humanos, no solo en Venezuela, sino en muchos países. México no es la excepción. Ante estos problemas ¿Dónde está el justo medio?
Dr. Raúl Héctor Campa García
Ciudad Obregón, Son. 11 de febrero de 2019. raulhcampag@hotmail.com
