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La última película de Alfonso Cuarón, cineasta mexicano, ha desatado una serie de críticas encontradas, para unos es una simple película y nada más, en tanto que para otros ha resultado ser todo un espectáculo que permite el análisis del acontecer social mexicano desde los 70s hasta nuestros días.
Meterse de lleno al análisis del drama planteado casi biográficamente por el director no es una tarea sencilla. Y destaco lo anterior,si como espectadores no somos capaces de leer las imágenes , como dice Roman Gubern, pues entonces únicamente nos daremos a la tarea de “ver desfilar las imágenes delante de nosotros”.
Veamos entonces lo que plantea Cuarón en sus imágenes. Por ejemplo, si para alguien el personaje de Cleodegaria es simplemente una muchacha oaxaqueña que asiste en una casa de una familia acomodada en una de las colonias de mayor abolengo en la ciudad de México, pues le damos la razón y punto, aceptamos su idea y se acabó.
Pero, habrá quien vea otra idea, o como dicen los que saben de literatura, habrá quien pueda leer otra idea detrás de la imagen de la joven sirvienta.Y aquí inicia un proceso que tanto literatos como cineastas colocan como un reto para nosotros los espectadores.
Habrá quien afirme que detrás de la imagen de Cleodegaria existe una clase social depauperada que ha dejado su medio natal para enrolarse en un mercado laboral de características totalmente ajenas a su idiosincrasia.
Asimismo, por otra parte, habrá quien opine vagamente sobre el entorno social que transcurre en la trama de la película, habrá quien decida contemplar solo el ir y venir de personajes y punto.Pero, también habrá quien hábilmente enlace a los personajes con las situaciones mostradas en el marco de ese microcosmos planteado por el director.
Por ejemplo, alguien me comenta, como el personaje de Cleo nos permite ver el desarrollo del clima social de violencia y represión que se avecina. En este caso, la escena donde Fermín un militar seduce a Cleo, está precedida de un breve ritual de movimientos de golpes con una vara de bambú, antes de entrar a la cama con la muchacha. El joven militar está completamente desnudo y ejercita su vara (su arma) ante la sonriente muchacha. Alguien más sugiere que la escena está de sobra, pero no es así, si consideramos que el accionar violento del joven también va dirigido hacia nosotros como espectadores.La mirada de Cleo permite retormar los sentimientos y las actitudes del joven militar.Si bien la escena ella acepta gustosamente la relación, nosotros desde este lado de la pantalla somos intimidados, y violentados como finalmente lo sufre Cleo en la escena donde ella revela a Fermín su embarazo.
Hay más elementos de análisis en la película, hay muchos caminos que recorrer,como los cinturones de miseria de la capital como mudos testigos de las falsas promesas políticas, y la irrupción de la represión del Jueves de Corpus con los halcones del 10 de junio, asimismo la fiel participación de Cleo en el núcleo familiar, y su decidida acción de valentía para rescatar a la niña en el mar. Todos estos caminos de Cuarón llevan a una Roma como una historia cautivante, cruda y reflexiva.
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