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Definir los conceptos, cuando se aborda algún tema o escrito, es necesariamente una obligación de quien lo desarrolla. En términos de psicología, en forma breve y sin ahondar mucho en el concepto; Conciencia se define como: “la percepción y conocimiento de sí, en una forma de posesión de sí mismo, la que constituye un elemento esencial de un psiquismo personalizado… Este término se usa generalmente para distinguir el llamado estado de conciencia, o para designar los procesos internos del hombre de los que es posible adquirir conciencia, o incluso como sinónimo de autoconciencia…Un estado de alerta”.
Política, se puede definir de muchas maneras, pero todas coincidentes: Es la ciencia de la gobernación de un Estado o nación; para algunos, es un arte de negociación para conciliar intereses, siempre y cuando estos intereses, sean para buscar el bien común de la población, administrar honestamente los recursos públicos, en busca del bienestar de la población. Termino latino, Politicus y del griego, Politiká, polis ciudad, que designa lo que es público, o civitas, de la ciudad; trata del ordenamiento de la ciudad o los asuntos ciudadanos. Charles Blattberg, que define la política como «responder a los conflictos con el diálogo», sugiere que las filosofías políticas ofrecen consideraciones filosóficas de ese diálogo.
Existen diversos tipos de políticas: todas convergen en buscar un orden social deseable. En esto, en un régimen democrático puede haber disensos y consensos, producto de una cultura política heterogénea, que es necesaria, cuando la finalidad es llegar a un bien superior para la ciudadanía; quizás la visión sea, buscar una efectiva gobernanza ciudadana. Esto último por desgracia, no se ha logrado. Más ciudadanía comprometida y menos gobierno.
Conciencia Política. Es el resultado del procesamiento de información de segundo orden (o sea, que resume y sintetiza información de primer orden) para armar una visión de conjunto de la situación global, para su análisis y toma de decisiones. Un sistema que carece de esa conciencia política no tiene control completo de sus actos, su margen de incertidumbre es alto y por consiguiente es elevada la posibilidad de cometer errores. Pero hay que tener en cuenta que la construcción de esa conciencia tiene un costo monetario, en personal, en instalaciones tangibles, en compra de información. También tiene un costo en tiempo, ya que el procesamiento y presentación de tal cúmulo de información implica necesariamente una demora. Esa conciencia se construye para evitar errores de decisión, pero esa construcción entraña riesgos específicos: desarrollar una falsa conciencia (creer que existen cosas inexistentes o viceversa), hacer estimaciones incorrectas (darles a las cosas más o menos importancia de la que realmente tienen), hacer mal los resúmenes o condensaciones. Los riesgos de error de decisión deben sopesarse frente a estas limitaciones de la herramienta destinada a evitarlos. Todo sistema político complejo debe encontrar un equilibrio entre dos riesgos: quedar cegado por una información superficial o ahogado por el exceso de detalles.
(Fuente: Arnoletto, E.J.: Glosario de Conceptos Políticos Usuales, Ed. EUMEDNET 2007, texto completo en http://www.eumed.net/dices/listado.php?dic=3).
Tanto la conciencia, como la ética – que deberían conjugarse- son indispensables en el quehacer político. Sobre todo, cuando la política por si sola ha sido incapaz de resolver los grandes males que hoy nos acosan: inseguridad, corrupción, pobreza, discriminación, desigualdad, entre otras cosas, que han generado las estructuras políticas, a través de los años. (Mario Spezzibottiani. Espiritualidad y Ética para vida política y social. Ediciones Schola. México, 2001).
En el próximo proceso electoral de este año 2018, en nuestro País, donde desde hace más de una decena de años atrás, el desfiguro de los actores políticos es notorio; estamos atravesando un momento inédito, agudizado actualmente con la problemática al interior de los Partidos, por la ausencia del espíritu democrático, que ha provocado una desbandada, con un inusitado “intercambio” de militantes en ambos sentidos y que también han propiciado alianzas o coaliciones, nunca imaginadas, por las doctrinas disímbolas, de los diferentes Institutos políticos. Tal parece que los políticos, en lugar de decir lo que piensan, fingen pensar lo que dicen. Decía comediante Groucho Marx: que político es que promete lo que no va a cumplir. Todo esto ha provocado en los ciudadanos, una incertidumbre ¿Por quien votar? Aquí la conciencia ciudadana, va ser importante, el voto reflexivo diferenciado, estudiado y que vaya de acuerdo a su identidad nacional, su recta conciencia de principios y valores, que es lo que le conviene al votante, como ciudadano, como familia, como abuelo, padre, madre, hijo, nieto, el futuro de los niños, en general de nuestro País.
Cada ciudadano deberemos, de analizar los perfiles y el verdadero compromiso de los políticos con la mayoría de los ciudadanos. Juan XXIII en su encíclica pacem in teris, decía: que para vivir una correcta y adecuada, participación en la vida política es necesario ser “científicamente competentes, técnicamente capaces, profesionalmente expertos” … “la competencia científica y la capacidad técnica, la experiencia profesional, si bien son necesarias, no son. Sin embargo, suficientes... En muchos se encuentra una fractura en sus creencias, fractura que se debe en gran parte, en el defecto de una sólida formación cristiana” (hasta aquí la referencia). Quizás desde el punto de vista del ciudadano laico o escéptico, quizás esa fractura es una falta real de conciencia cívica y de la congruencia con sus principios y valores. Salgamos a votar, con una recta conciencia.
#MéxicoEnAcción
#Si o Si a la Vida y a la Familia.
#PARACAMBIARYOMEINCLUYO.Dr. Campa.
raulhcampag@hotmail.com
