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40 años de Autonomía Universitaria del ITSON

Eduardo Estrella Acedo
Martes 01 de Novimiebre de 2016
 

Discurso del Lic. Eduardo Estrella, primer Rector  del ITSON, en la ceremonia de celebración del 40 Aniversario de la Autonomía Universitaria de nuestra Máxima Casa de Estudios.

Me hago algunas preguntas: ¿Qué es autonomía universitaria?  ¿Qué implica y qué consecuencias tiene?  ¿Por qué gestionamos tan tercamente la autonomía del ITSON?  ¿Ha sido bien manejada la autonomía en el ITSON?  ¿A pesar de la autonomía, las autoridades universitarias están obligadas a rendir cuentas a la sociedad? ¿Cómo se concedió la autonomía al ITSON?  

En Octubre de 1972 asistí por primera vez a una Asamblea de ANUIES que se celebraba en Tepic en donde se habló de la autonomía y de la necesidad de preservarla.  El maestro don Alfonso Rangel Guerra dice  que en una síntesis puede decirse que la Universidad autónoma puede expedir certificados de estudio, grados y títulos; tiene facultad para otorgar validez a los estudios que se hagan en otros establecimientos educativos del país y extranjeros; e incorpora estudios que se imparten en instituciones privadas.  

 

El ITSON, desde sus orígenes, estaba sujeto a que se le concediera validez a sus estudios primero por el Estado y después por la Universidad de Sonora conforme a la entonces vigente Ley de enseñanza universitaria.   

Tengo en mi poder copias de cartas que dirigí a quienes gobernaban a Sonora exponiéndoles las intenciones de los cajemenses para tener su propia Universidad.   Del período deL Gobernador Faustino Felix Serna solo nos tocaron unos meses y poco tiempo hubo para que hubiera mayores concesiones para cambiar la estructura del ITSON.    Abrigamos entonces grandes esperanzas en su sucesor el licenciado Carlos Armando Biebrich Torres y ante él expusimos repetidamente los argumentos para que nos diera bases legales para reformar a la Institución.  

En el periódico EL IMPARCIAL del 25 de Mayo de 1975, aparecieron unas declaraciones del licenciado Alfonso Castellanos, Rector de la UNISON que yo interpreté que era el propio Gobernador quien las hacía utilizando a Castellanos para decirnos que nó a la solicitud de una Institución autónoma en Cajeme.

Contesté, no a Castellanos porque era perder el tiempo y de esa mi respuesta extraigo los siguientes párrafos de mi carta dirigida al licenciado Biebrich fechada el 9 de Julio de aquel año:

 

Nunca ha sido mi interés iniciar una polémica en relación a la existencia de una Universidad en el Sur de Sonora, por pensar que existen formas más racionales de resolver este tipo de problemas, máxime tratándose de una institución cuyo objetivo último es el cultivo de la inteligencia.  Lo importante es tomar en cuenta lo que son las dinámicas regionales, por un lado; y por otro, tener presente que entre el norte y el sur de Sonora la problemática económica, educativa y social es diferente.  Esto es, la motivación y no la represión es el camino para la existencia de un desarrollo armónico  de las diferentes comunidades que integran el Estado de Sonora.

Es decir, Castellanos exigía un mayor rigor en la incorporación del ITSON a la UNISON y que el ITSON no debería ni siquiera planear sin antes consultar a la UNISON.   Y lo peor es que tenía razón pues eso decía la ley, pero cerraba los ojos a un legítimo clamor social del sur del Estado. El de Castellanos era un criterio legaloide y egoísta.  Pero él era solo quien nos transmitía el mensaje, no su autor.

Ibamos a Hermosillo tratando de ver al Gobernador Biebrich pero nunca nos recibió y nos atendía el Secretario de Gobierno sin resolvernos nada.  Aquello me desesperaba.

Todavía más: en la Asamblea de ANUIES celebrada en Querétaro en Abril de aquel año (1975), el ponente Vidal Luna Rivera de la Universidad de aquel Estado, demostró que Sonora era una entidad con baja captación y alta emigración de sus jóvenes.   Esto es, nuestra UNISON estaba lejos de captar la demanda de los muchachos sonorenses 

Creí que el licenciado Biebrich acabaría por entender nuestro legítimo deseo de tener en Cajeme una institución universitaria, pero los hechos de Octubre de 1975 cuando renunció Biebrich al gobierno del Estado, cambiaron el curso de las cosas y su renuncia obviamente causó preocupación.

En aquel Octubre estábamos planeando inaugurar nuestro Centro de Cálculo en la Colonia Campestre.  Hicimos un edificio con instalaciones especiales para aquel “monstruo” de la electrónica que ahora más bien es pieza de museo pero que entonces era nuestro orgullo, sobre todo porque se construyó y se equipó con aportaciones de los diversos sectores del sur del Estado a través del Patronato y en especial de quien lo presidía, el ingeniero Adalberto Rosas Lopez..  El poder público no aportó cantidad alguna para ello.  Fue una respuesta de los cajemenses al esfuerzo continuado de quienes soñábamos y trabajábamos en busca de una meta bien definida en nuestras mentes.

En cuanto pudimos, hicimos contacto con el nuevo Gobernador licenciado Alejandro Carrillo Marcor a quien invitamos a la inauguración y aceptó.  Fue una ocasión oportuna para exponer al Ejecutivo nuestras ideas de la creación de la “Universidad del Valle del Yaqui” que él escuchó con mucha atención y con oído de viejo maestro universitario.  Nos prometió comprensión y nos pidió tiempo.

Debo decir que, confiados en que el licenciado Biebrich nos daría la razón, habíamos empezado desde dos años antes a transformar la estructura del ITSON, dejando de ofrecer el primer ingreso a las preparatorias, ofreciendo licenciaturas, cobrando colegiaturas, estableciendo el sistema de crédito educativo y departamelizando la academia.  Dimos inicio a la realización del replanteamiento estructural sin tener el soporte legal y eso nos causaba una enorme preocupación pues si no conseguíamos nuestros propósitos, estaríamos causando un grave daño a los jóvenes que se inscribían en nuestra Institución.  

Ante aquel problema, en mi carta del 1º de Diciembre de 1975, expuse a don Alejandro Carrillo que era ya absolutamente necesario su apoyo y una ley orgánica nueva.  Le dije entonces: A nombre de la comunidad del ITSON agradezco su visita del pasado sábado.  Su estancia entre nosotros es un estímulo y sus palabras hacen renacer nuestra fe en el mejor destino para nuestra Casa de Estudios.  Reiteramos nuestro deseo de reanudar el diálogo sobre el nacimiento de la Universidad del Valle del Yaqui… Como le ofrecí, me permito acompañarle diversa documentación que dará a usted una cabal idea del proceso seguido sobre el particular… 

Esas eran nuestras urgencias para pedir la autonomía y la libertad académica. El Gobernador Carrillo nos entendió y nos cumplió, enviando al Congreso del Estado el proyecto de ley correspondiente que se discutió y aprobó por unanimidad en sesión del 29 de Septiembre de 1976 publicándose en el boletín oficial del Estado tres días después adquiriendo así vigencia y dándonos el soporte legal para seguir trabajando conforme a lo que habíamos empezado desde tres años antes.  Éramos libres  y teníamos el mismo estatus que la UNISON.  No habría problemas para elegir a nuestras autoridades, para expedir certificados de estudio, grados y títulos; para otorgar validez a los estudios que se hagan en otros establecimientos educativos del país y extranjeros; y para incorporar estudios que se impartan en instituciones privadas.

Estuvimos en la sesión del Congreso el profesor Felipe Muzquiz y yo y estábamos felices con la aprobación de la Ley.  Recuerdo que nos regresamos en el tren que salía de Hermosillo a las nueve de la noche y llegamos a Ciudad Obregon pasada la media noche.

La ley desde entonces vigente fue producto de muchas sesiones y de asesorías de gentes valiosas y conocedoras de la educación.  Colaboraron muchos de aquellos jóvenes profesores locales, así como los que habíamos traído de otras partes del Estado y del país.  Con la mortificación de no citar a todos los que quisiera y a manera de ejemplo, cito a Felipe Muzquiz, Heriberto Amaya, Ernesto Delgado, Roberto Marcor; y asesores externos como Alfonso Rangel Guerra, Rafael Velazco Fernandez, Olac Fuentes Molinar y Roberto Arizmendi.

En su artículo segundo nuestra Ley Orgánica dice: El Instituto Tecnológico de Sonora es un organismo público descentralizado, de carácter universitario, con personalidad jurídica y patrimonio propios, autónomo en cuanto a que en el ejercicio de sus funciones de enseñanza, investigación y difusión, el Instituto dictará sus propios ordenamientos,  organizará su funcionamiento y aplicará sus recursos económicos en la forma que estime conveniente.  Su domicilio estará en Ciudad Obregón.

 

Todo aquello valió la pena. Cajeme tiene su propia Universidad y nada malo ha pasado. Al contrario: Sonora tiene ahora alrededor de cuarenta opciones universitarias y ofrece una variedad muy interesante de alternativas para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos. 

Me referiré siempre con un gran respeto a don Alejandro Carrillo Marcor, a los profesores, a los trabajadores de intendencia, al Patronato y en especial a su entonces  presidente ingeniero Adalberto Rosas,  a nuestros asesores externos y a todos los que hicieron posible el logro de esta meta.

A partir de aquella reestructuración el ITSON ofrece carreras y no tiene Escuelas ni Facultades. En una aula coinciden estudiantes de administración,  de contaduría pública, de ingeniería, etc. a quienes se les imparten las mismas clases de matemáticas, por ejemplo,  hasta los límites del “tronco comun”, o de alguna materia afin a esas carreras.   Y eso ahorra mucho dinero. 

Buscábamos la libertad académica y con la ilusión de que la lograríamos, el ITSON provocó una revolución cultural al traer maestros de varias partes para que lo que empezaba tuviera éxito y así contratamos a “muchachos”  de diversos lugares:  de Monterrey Felipe  Muzquiz, Ernesto Delgado, Javier Vales, German Gaxiola, Francisco Ascúnaga, Raúl Camacho, Heriberto Amaya; de Guadalajara a Vicente Amézaga¸en Durango a Ingeniero Bueno  a  Jesús Nájera; y a doctorados  como Hans Egli, Roberto Salmón y Gerardo Buelna. 

Con la libertad académica sentíamos que los sueños empezaban a convertirse en realidades.  Pero teníamos la simpatía de cajemenses que nunca nos negaron su apoyo.  Particular mencion hago de don Javier Bours Almada quien nos avalaba documentos para descontarlos en el entonces Banco de Londres y México y poder pagar los sueldos del personal académico y de intendencia.

Pero no era suficiente y una feliz ocurrencia fue cobrar colegiaturas y el crédito educativo del que hay mucho que decir y que merece toda una historia.

Sentíamos que a medida que crecíamos llegaría un momento que no íbamos a caber en los cuarenta mil metros cuadrados del Campo Central del ITSON y comenzamos a adquirir inmuebles valiosos con el  empuje y la visión del entonces presidente del Patronato ingeniero Adalberto Rosas y fue así que el ITSON adquirió un predio de cien hectáreas al sur del CIANO y otras doscientas hectáreas  en la confluencia de las calles Base y 16 del Valle del Yaqui.  Y con la comprensión del gobierno del Estado se nos entregó el terreno que ocupaba el Estadio de béisbol y la Escuela Cajeme respectivamente en las esquinas de 6 de Abril y Chihuahua y 6 de Abril y 5 de Febrero. 

Adalberto Rosas asumió la Presidencia Municipal de Cajeme y yo me fui a Hermosillo invitado por el Gobernador Samuel Ocaña como Secretario de Gobierno.   Mi hermano ingeniero Jorge Estrella Acedo aceptó la presidencia del Patronato de nuestra Institución y se logró que el Gobernador Ocaña simpatizara con la ampliación del perímetro urbano de nuestra Ciudad según la información que teníamos de parte del Ayuntamiento a través del ingeniero Benjamín Terrazas, iniciándose el proceso de expropiación de terrenos del Ejido Tepeyac en donde se ubica Villa Itson;  y eso y los predios adquiridos antes, comenzó a pensarse en otra autonomía: la financiera.   La expropiación fue un éxito porque todos los niveles de gobierno ayudaron: El Municipal al apoyar la ampliación del perímetro urbano, el estatal con aportaciones del dinero para pagar la indemnización a los ejidatarios y el federal para aprobar la expropiación.

La terquedad y amor al ITSON dio frutos y obtuvimos la autonomía académica y comenzamos a pensar en la autonomía financiera cuando comenzaron a venderse los lotes de Villa ITSON.

No puedo ni quiero olvidar el egoísmo de nuestros “hermanos” hermosillenses cuando los patronos y yo hicimos una gira por todo Sonora buscando la comprensión para que se creara un impuesto adicional del tres por ciento sobre los impuestos principales.  Todos los municipios que visitamos nos prometieron apoyar la iniciativa correspondiente pero en Hermosillo nos negaron su consentimiento.  Tuve altercados con amigos que tajantemente nos dijeron que no aprobarían aquello y que harían todo lo posible porque el Gobernador no enviara ninguna  iniciativa.  Nos pedían que buscáramos que se le descontara a la UNISON  ese tres por ciento y dejarle el siete restante.  Por supuesto que no aceptamos lastimar a la Universidad por la que sentimos solamente respeto 

Hay mucho que decir sobre esto. Tengo muy documentado ese capítulo y baste decir que ninguna Universidad pública se ha atrevido a hacer lo que nosotros: no atenernos a los subsidios oficiales y buscar dinero en colegiaturas y en fraccionamientos.

En Septiembre de 1979 se me nombró Secretario de Gobierno del Estado y acepté porque creí que era una buena oportunidad para hacer mucho por el ITSON y por Cajeme  

Hay tanto que decir que si me dejan hablar no tendré fin: la creación del crédito educativo, la departamentalizaciòn, la creación del nivel superior de la docencia, la creación de maestrías antes que lo hiciera nuestra querida UNISON, la extensión a la región del Mayo, etc-  Cada uno de esos pasos merece atención especial.

Todos sabemos que, en Sonora, el crédito educativo nació en el ITSON y se extendió a todo el Estado. Y que para poder crearlo tuvimos que crear dos asociaciones: la de los Clubes de Rotarios y de Leones cuyos miembros avalaban los pagarés suscritos por los estudiantes garantizando así el pago de aquellos documentos que descontábamos en el Banco de México a través del Fideicomiso para el desarrollo de recursos humanos que presidía el ingeniero Oscar Méndez Nápoles.  

¿saben ustedes que el Instituto de Crédito educativo ha concedido alrededor de 150 mil préstamos?  

¿Que la tasa de interés de los préstamos se bajó en el actual régimen estatal al tres por ciento anual y al cero por ciento si el prestatario tiene promedio de nueve en sus estudios? 

¿Que se conceden préstamos para estudios en el extranjero? 

¿Saben que nuestra UNISON creó poco después departamentos como los nuestros pero no pudieron con la inercia y tienen ahora Escuelas o facultades y departamentos?

Los cimientos del ITSON se pusieron entonces.  Sin la autonomía, sin la departamentalización, sin colegiaturas, sin el crédito educativo, sin nuestra terquedad,  muy poco o nada hubiera podido hacerse.  Gracias a los sonorenses del sur del Estado y en especial a los cajemenses.

Para terminar y perdónenme lo largo de mi intervención:  

 

He escrito en otras ocasiones no solo sobre la autonomía universitaria  sino también sobre los usos y abusos de esa autonomía. Básteme preguntar por ahora si en las Casas de estudio no solo se ha usado sino si se ha abusado de la autonomía. Me explico: 

¿Recuerdan la etapa de “los enfermos”  en la Universidad de Sinaloa?  ¿han oído hablar de “el mosh” que paralizó a la UNAM por meses y meses? ¿y qué me dicen de la ocupación del aula JUSTO SIERRA” en la UNAM por el aula “Che Guevara? 

¿Es la autonomía la que permite esas barbaridades?  

Cuando ustedes quieran podemos hablar de los usos y de los abusos de la autonomía.

Gracias. 

Nos vemos en el cincuentenario de la autonomía del ITSON.

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