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Hay funcionarios corruptos (emanados de cualquier partido o sin partido, para que no se sientan “discriminados”), que andan sueltos… “haciendo una vida normal”…dijo el Papa Francisco. Cierto, es secreto “a voces…pero calladas”. O se incriminan entre ellos, sin verse cada quien su larga cola.
Poncio Pilatos, tuvo que eximir del cautiverio y de morir crucificado a un “malandrín político”, a petición de una turba azuzada por gente afín de aquel líder. Condenando en su lugar, a un Justo; Nuestro Señor Jesucristo.
En nuestro país, es común denominador, que la justicia sea elitista-nepotista, muy alejada de la conceptualización de justicia. Brevemente sin meternos en conceptualizaciones profundas de Filosofía del Derecho – eso le corresponde a los doctos del mismo- y tomado de la Enciclopedia Jurídica: Justicia es la cualidad de lo justo. Administrar justicia consiste esencialmente en declarar lo que es justo en el caso concreto sometido al tribunal. Justicia viene etimológicamente del latín iustitia, por derecho natural, es la virtud cardinal de dar a cada uno aquello que le pertenece o concierne.
La abogada Layda Negrete (la autora del documental “Presunto Culpable”) y otra persona, expertas en el tema de cómo está la impartición de justicia en México; hace unos días en una entrevista televisiva en un canal nacional, hablaron sobre la decadencia del sistema penitenciario del país, la sobrepoblación y la corrupción dentro de los penales y el gran negocio de los funcionarios y de algunos presos privilegiados coludidos. Las cárceles se han convertido en negocios privados en contubernio con funcionarios gubernamentales. Lo más lamentable, que va en contra de la dignidad de las personas, es que más del 40% de los reos, aparentemente son inocentes o “presuntos culpables”, chivos expiatorios de los verdaderos culpables de toda índole de delitos; y más triste es que sus procesos duermen el “sueño de los injustos” (no de los justos, estos se despertarían para hacer justicia). La mayoría de ese porcentaje de reos, son humildes que llevan años recluidos, sin que nadie los ayude cuando menos a concluir el proceso, viven en una cruel resignación de sus lamentables circunstancias. Hay gente presa por robos menores y por necesidad delinquen y la “justicia” se envalentona con su detención. Cuando por otro lado los ladrones de cuello blanco y corbata de seda, roban miles de millones de pesos, y doblegan a los ser-viles que imparten las “injusticias” para muchos justos. El retraso de los procesos de aquellos justos en espera de una “justicia expedita”, hace que contribuya a la sobrepoblación de los penales, que los gobiernos niegan. Quizás y es lo que se pretende, los juicios orales, acelerará estos procesos. En México: Ver para creer.
Como ejemplo, de la injusta “justicia” (si es injusta no es justicia), hay un montón a través de la historia de nuestro país, está lo que publicó por este medio Jorge Zepeda Patterson: Los Tolucos, extensión del grupo de Atlacomulco (“Atracomucho”del Estado de México) descendientes de Los Montiel, los Del Mazo, los Han González; aquel de la frase, de que un político pobre es un pobre político. Desde entonces a ningún político le gusta vivir en la pobreza, ni en la honrosa medianía juarista (no cumplida) y menos, afrontar la justicia, por su Enrique-cimiento explicable, explicable por el robo que han hecho a la Nación impunemente. Como dice el mesiánico Peje (y su Haciendita la Chingada… ¿quién pompo?), estos corruptos han llevado al país a un Des-Peña-dero. Pero Moreira absuelto en España, porque su riqueza es “producto de sus empresas”. En México, los de su partido, contentos por “tan atinada resolución” a favor de un corrupto, por un corrupto Juez. Cualquier semejanza con México es mera coincidencia, con respecto a la impartición de justicia.
Mientras aquellos andan libres; un hombre Justo recibe una orden de aprensión por un supuesto delito. Este hombre es un luchador incansable por la vida humana, desde el momento de la concepción, un ser humano noble, que se ha opuesto al Aborto y ha salvado de una muerte segura a miles y miles de niños que estuvieron en peligro de ser abortados, ayudando a madres solteras y casadas que por situaciones sociales principalmente, habían decidido a someterse a un aborto y de sufrir como consecuencia El Síndrome Post- aborto que lo pueden padecer en toda su existencia: Las que valientemente decidieron no privar una vida en ciernes, ahora viven felices con estos pequeños y otras en un acto de amor verdadero decidieron, en lugar de asesinarlo, darlo en adopción.
Quien no conozca a este gran hombre, mediáticamente lo juzgaría. Pero quienes conocemos su vida, su probidad, su férrea lucha por la vida humana; sobre todo por la vida del ser más desprotegido del planeta, el No nato y todo el bien que ha hecho, enfrentando para ello a los abortistas y políticos sin escrúpulos que impusieron en la ahora Ciudad de México, la ley pro-abortista conocida por la “Ley Rosario Robles” (y miren quien); sin importarle su integridad física y su prestigio como un gran guerrero a favor de la vida. Ese gran hombre es JORGE SERRANO LIMON. Un Justo enfrentando la injusticia siempre.
Aristóteles (384 – 322 a.C.) escribió: Todas las virtudes son hábitos que se adquieren por medio de la repetición. La virtud por excelencia es la justicia, la cual consiste en el acatamiento de las leyes y en el respeto a los demás ciudadanos.
Los políticos carecen de estos hábitos virtuosos; ni acatan las leyes (las subyugan a su beneficio) ni respetan a los ciudadanos y menos respetan el derecho a la vida; derecho a la vida, hasta por naturaleza que no debería tener discusión.
Muchos políticos, como los ladrones de épocas antiguas deberían sus cuellos colgar de las cruces en pago de sus culpas; lo curioso es que ahora, las cruces cuelgan de sus cuellos, mientras a los justos los crucifican.
El refrán original español dice a la letra: “En los tiempos de las bárbaras naciones, de las cruces colgaban los ladrones; hoy en el siglo de las luces, del pecho de los ladrones cuelgan las cruces”.
¿Será o así es?
#PARACAMBIARYOMEINCLUYO
Dr. Raúl Héctor Campa García
Ciudad de México. 23 de Febrero del 2016.
raulhcampag@hotmail.com
