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La corrupción genera desconfianza

Raúl Héctor Campa García
Martes 12 de Enero de 2016
 

La acción corrupta, lógicamente genera una reacción de desconfianza ¿Quién confía en los corruptos? Ni entre ellos confían. Hacen acuerdos, negocios, concertaciones o “vil cochupos”, traiciones entre malandrines, sin importar que perjudican a terceros: a la mayoría de la ciudadanía. Lo malo que una gran mayoría de la población, ha perdido la capacidad de asombro en los actos corruptos y esto puede que los haga susceptibles a que se involucren “involuntariamente” (sin querer queriendo, diría el Chavo del Ocho) en estos actos.

Aunque la corrupción se da en todos los niveles de la sociedad, es más frecuente en acciones de gobierno y empresas.

El concepto de corrupción, se entiende como un acto nocivo, vasto, diverso, global que involucra por lo general al sector público y privado. No solo se conceptualiza como saqueo al patrimonio de un Estado o país. En el binomio sector público- sector privado, se incluyen sobornos, tráfico de influencias, malversación de fondos, asignaciones amañadas de fondos y gastos públicos, incrementos de precios a veces injustificados, fraudes electorales y financiamientos ilegales de los partidos políticos (¿a poco?), escándalos políticos y financieros, los chayote a periodistas (¿solo los de Televisa?), compra de información a medios masivos de comunicación, aplicación dudosa de la justicia, asignaciones de grandes sueldos a gente no capacitada, en pleno uso del nepotismo ramplón. Y un sinfín de etcéteras que le pueden agregar a esta lista.

México, según una encuestadora (EY), publicada en el 2013 en la Revista Proceso, ocupaba el primer lugar dentro de los países más corruptos de América Latina, sobre todo en las relaciones comerciales del sector público (léase gobierno) y el sector empresarial, con las famosas licitaciones amañadas y los sobornos y concesiones que fluyen alrededor de esto.

Transparencia Internacional en sus publicaciones del índice de percepción de la corrupción, realizado por algunas Universidades y algunas Instituciones, ponen a Nuestro País, con un indicador muy elevado de corrupción. Qué pena ajena.

Las grandes empresas, sobre todo en el área de la construcción (recuerden al Grupo Higa y las “casas blancas”, nada más como referencia mínima) incluyen en sus gastos operativos la “mochada” como un acto natural. Así se va dando en todos los niveles, desde el Federal, Estatal y municipal.

A nivel local si los proveedores de los gobiernos estatales y municipales pasados y presenten, soltaran con valentía, como vulgarmente se dice, “la sopa” no dejarían funcionario sin cabeza (¿proveedores recuerdan alguno en especial, un oficial mayor etc.?). Los pequeños proveedores, son los que sufren más, pues les merman sus ganancias entre el 20 y el 30%, por las injusticias de funcionarios abusones, miserables. Pero los pobres tienen que aguantar para sobrevivir con su negocio.

Cuando hay corrupción, no hay credibilidad. Aun en donde la buena intención de los gobiernos por demostrar no ser corruptos, les sucede como el cuento del Pastorcito y el Lobo; la sociedad ya no les cree.

Como Ejemplo del descrédito muy actual, está la recaptura (¿a la mejor hay re-fuga?), del “célebre” Chapo Guzmán; la mofa, las parodias y opiniones encontradas, sobre este hecho divulgados por las redes de comunicación, solo demuestran a una sociedad que no cree lo que el gobierno les informa y más con toda la parafernalia que montaron para dar la noticia, como una grandiosa “odisea” del gobierno que no convence. Quizás, por la historia de este personaje, sus capturas, fugas y antecedentes delictivos, a muchos se les asemeja como una de serie televisiva de narcos (Como la del “señor de los cielos”). La duda surge ¿se concertó o no  la captura del Chapo?  Pregunta para el “Chema Venegas” de la serie de televisiva. ¿Fue el gobierno gringo quien presionó al gobierno mexicano para acelerar captura del Chapo?  ¿Qué convendrá más al gobierno del presidente EPN, dejarlo preso y juzgarlo en el país? o ¿Extraditarlo a USA, para delegarle todo el caso a ese país y lavarse la manos?

Si bien es cierto, se le tiene que procesar por los delitos cometidos en México y luego pagar por los delitos cometidos en los Estados Unidos de Norte América.

Los medios “oficiosos” dan crédito a la acción gubernamental, que contrasta con las especulaciones de la “voz populi” de incrédulos… ¡ah que mulas tan ariscas dirían en mi pueblo; si ni eran! ¿Cómo si hicieron?

No cabe duda que en casi todos los gobiernos hay dos tipos de personas: el corrupto y el que está esperando la oportunidad para corromperse. ¿Usted que creé? SABE dijo el de la sierra.

#PARACAMBIARYOME INCLUYO

Dr. Raúl Héctor Campa García

raulhcampag@hotmail.com

 

 

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