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Lo que se necesita es el salario máximo, no limosnas
I.- Supongamos, sin conceder, que en nuestro país tienen un empleo aproximadamente 48 millones de mexicanos. Y que existen 40 millones desempleados o en el llamado sector informal a quienes los funcionarios diariamente despojan de lo que venden para obligarlos a ingresar a las filas de las delincuencias, sin descartar el imán del narcotráfico.
De los que sí cuentan con una plaza, se dice que 20 millones apenas si obtienen 75 pesos al día, cuando constitucionalmente para satisfacer sus mínimas necesidades deberían recibir 250 pesos; incluso para favorecer el consumo y con esto a los patrones, inversionistas, comerciantes y banqueros, si es que el capitalismo funciona en base, pues, al consumo.
Los trabajadores que ganan el mínimo están padeciendo hambre. No les alcanza, sobre todo porque el peso ha perdido su capacidad de compra y una inflación suave pero persistente agudiza esa disminución monetaria.
Esos 20 millones han de contarse con los 40 millones sin salario, para efectos económicos; ya que no tienen lo suficiente para sobrevivir. Y los más ni para eso siquiera.
II.- Pero no reparan en ello los gobernantes y mucho menos los patrones y empresarios. Estos de todas maneras se llevan no sólo la “parte del león”, sino todo el dinero que convierten en capital para reinvertirlo y sacar las máximas ganancias. Los trabajadores mexicanos reciben, con la inseguridad de su empleo, un salario mínimo del mínimo… ¡del mínimo!
Están siendo explotados con sus jornadas de labores que pasan de 8 horas y despojados de más del 80 por ciento de lo que producen con su fuerza de trabajo no redituable. No son limosnas lo que necesitan más de la mitad de quienes tienen un empleo. Ya se anuncian “aumentos” por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, cuyos integrantes ganan, cada uno, más de 100 mil pesos al mes.
Y tras echar las campanas a vuelo por haber unificado un mínimo de 75 pesos, ni siquiera aprobarán un diez por ciento. Han tenido la ocurrencia de aprobar… un peso de aumento! Y son los trabajadores víctimas de esos mínimos los que echarán las campañas a duelo y convocarán a huelgas generales para exigir hasta un 300 por ciento de aumento a sus miserables salarios.
III.- Los jornaleros bajacalifornianos acaban de librar una lucha por esas mejoras y para deshacerse de gobernantes y patrones abusivos. Un ejemplo que los trabajadores que obtienen salario mínimo están dispuestos a seguir.
No se trata de un salario “justo” según los patrones. Sino de un salario constitucional si es que la Constitución está vigente. Con 75 pesos diarios hay hambre y miseria.
La actual crisis que impide el crecimiento económico sólo se resolverá con la decisión de implantar un salario máximo, para el inmediato presente, de 250 pesos al día.
De lo contrario seguirá cayendo el consumo, bajará la producción en general y el capitalismo made in México así como el régimen-sistema político-económico, entrarán en una fase de decadencia que de cerrar el circuito con las causas enumeradas, tendremos un país en vísperas de una catástrofe social.
cepedaneri@prodigy.net.mx
