I.- Con millones de pesos al año y miles de prestaciones económicas, se jubilan dos ministros de la no tan Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque los presidentes de la acotada República, la han sometido al imperio del abuso del poder para reunir en una persona el control de los tres poderes que, así, no son contrapesos entre ellos y mucho menos están separados para su funcionamiento.
No hay “señor presidente” que viva en Los Pinos que no haya controlado a los, hasta el sexenio de Zedillo, 21 ministros y después de él solamente once y no se hace uno que ejerza lo de Ministro con autonomía e independencia, ya que todos han sido nombrados por ese “señor presidente” desde hace más de un siglo, para no remontarnos al porfirismo que andan reviviendo en ensayos e historias, como que hay una continuidad entre los 35 años de Díaz y los de Carranza a Peña que suman más de 100 años de nuestra presidencia imperial, autoritaria, despótica y criminal (de Díaz Ordaz a Calderón-Peña).
II.- Los desgobernadores, presidentes municipales, senadores, diputados dizque propuestos al Congreso General, son una democracia representativa obsoleta. Está rebasada por los abusos, corrupción e impunidad de la clase gobernante.
Y por eso es que la democracia directa: la del pueblo en las calles ejerciendo la oposición con protestas, pequeñas revueltas y manifestaciones públicas, va en aumento ante la irrepresentatividad de la democracia formal que sale de elecciones amañadas a través de las urnas.
Uno de los ministros que se ha jubilado, enriquecido y pensionado de por vida con no menos de 500 mil pesos mensuales (aguinaldo, chofer, celulares y guardaespaldas, etcétera), de nombre Juan N. Silva Meza se ha confesado en una entrevista con el reportero Jesús Aranda (La Jornada: 30/XI/15).
Nada hizo mientras fue juez para independizar con autonomía a la Corte a donde el Senado servil a Peña nombrará a los dos que faltan o ya los designó conforme a los propuestos… ¿por Peña? No contribuyó a su autonomía. Se dejó llevar por la inercia del presidencialismo. Y ahora se lamenta de que la Suprema Corte no sea “totalmente autónoma e independiente”.
III.- Es un órgano judicial con atribuciones de Tribunal Constitucional, dependiente del presidencialismo y sus intereses políticos, donde los gestores de los desgobernadores logran resoluciones favorables.
Tardíamente Silva Meza medio critica que el presidente en turno y los senadores, impongan ministros a modo que aceptan consignas, indicaciones y órdenes.
El actual presidente de la Corte, de apellido Aguilar, le debe todo a Calderón. Y Silva Meza a Zedillo quien se atrevió a dejar sin ese órgano por más de tres meses, en un abuso del poder. Y ningún ministro dijo esta boca es mía.
Se sometieron a cambio de la chamba, los millonarios salarios, los restaurantes dentro de la Corte para las grandes comilonas con vinos. Por eso es una Corte Suprema de Injusticias, ya que en un 99 por ciento ha servido al presidencialismo de Zedillo a Peña.
Y manifiestan sus desacuerdos cuando ya se jubilaron, como para aliviar en algo su servilismo.
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