Atrás de la tribuna desde la que Claudia Pavlovich dio su primer discurso como gobernadora de Sonora, se instaló una sala para los invitados especiales, es decir, los otros gobernadores, distintos líderes políticos, empresarios destacados, etcétera. Es lo normal en eventos de ese tipo. Pedí autorización para entrar un momento y ver lo que ahí ocurría. Se me permitió hacerlo.
Manlio Fabio Beltrones era indudablemente el rey entre la gente importante que convocó la gobernadora Pavlovich. Todos querían saludarlo, aun los que conviven con él casi a diario, como el senador Emilio Gamboa, quien evidentemente ha terminado por aceptar su papel de subordinado del actual presidente nacional del PRI.
El que no estaba a gusto ahí era Jaime “El Bronco” Rodríguez, tal vez porque ahora es uno de los principales rivales de los priistas, lo que resulta más que evidente sobre todo en estos días en que ya ha empezado la carrera del 2018.
Lo que sea, contra lo que ha ocurrido desde las pasadas elecciones, “El Bronco” en aquella sala no monopolizaba la atención. Los presentes –gente como Claudio X. González, Diego Fernández de Cevallos, varios gobernadores mexicanos y hasta el gobernador del estado norteamericano de Arizona– no estaban interesados en conversar con Jaime Rodríguez, sino con Manlio Fabio Beltrones.
Como noté que Manlio y “El Bronco” se saludaron de mala gana, los provoqué a ambos pidiéndoles que charlaran y se tomaran una foto. Con los dos me llevo más o menos bien –a veces, más o menos mal–, así que sentí la confianza para bromear con los escasos deseos que exhibían para agradarse el uno al otro.
En las redes sociales ha circulado una foto, que no sé quién tomó, en la que estoy ellos y parece que aplaudo a “El Bronco”, mientras Manlio se ríe. No recuerdo haber aplaudido, tal vez simplemente movía mis manos y la cámara hizo una mala interpretación. No importa.
En fin, eso ocurrió adentro de una pequeña sala, entre las personas relevantes, donde el único rey era Manlio Beltrones.
Otra cosa sucedió en el auditorio en el que Claudia Pavlovich dio su mensaje: aquí las cosas resultaron muy distintas.
Obviamente las miles de personas que ahí había se entregaron a la gobernadora de Sonora, a la que ovacionaron varias veces porque los ciudadanos de ese estado le creen cuando asegura que va a limpiar la basura que dejó Guillermo Padrés.
Sí, la gran figura del evento fue Pavlovich. Pero, cuando se mencionó a algunos de los invitados especiales, el que más aplausos recibió, por mucho, fue “El Bronco”, que al terminar el evento tuvo que armarse de paciencia para tomarse decenas y hasta cientos de selfies con los ciudadanos sonorenses.
Contrastantes los estilos de “El Bronco” y Beltrones. El primero, puro carisma. El segundo, impresionante habilidad para controlar a las élites.
Cada político tiene su propia personalidad. Andrés Manuel López Obrador se esfuerza por parecerse a la gente de abajo, y no tiene otra estrategia. Luis Videgaray, en cambio, ha decidido recorrer un único camino para avanzar en la política: exhibir su inteligencia y solidez académica.
Pero también hay políticos que combinan varios estilos, como Manuel Velasco. En Sonora lo vi actuar y me quedó claro que el gobernador de Chiapas es al mismo tiempo como Beltrones y como “El Bronco”.
Es que, sagaz para relacionarse con las élites, Velasco cuenta con carisma de sobra…
Si Manuel Velasco se decidiera a irse por la libre, si dejara de ser aliado del PRI, si tirara el lastre del Partido Verde, esto es, si se atreviera a ser un político independiente, creo que sería otro fuertísimo aspirante presidencial para el 2018. Del tamaño de AMLO, Videgaray, Beltrones y “El Bronco”.
¿Hay en el PAN políticos así? El gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, sin duda quiere crecer, pero le falta completar la mayor parte de la tarea. Y el líder del partido, Ricardo Anaya, evidentemente puede dar el gran salto, pero todavía no se sabe si de verdad quiere intentarlo.
