¡Les dije que hay que cuidarse de aquí a septiembre y lo repito!
Le preguntaron al jefe de Comunicación Social del gobierno, Jorge Morales, sobre el caso de Gisela Peraza, y el hombre contestó que es una cuestión personal del gobernador, lo que le permite no opinar, y que la situación “le duele”.
Ahora resulta que está afectada la sensibilidad del señor gobernador por haber torturado a su trabajadora y haberla mantenido en la cárcel cuatro años, sin contar con que la Procuraduría de Justicia ha apelado el auto de libertad y la amenaza de ser reaprehendida sigue sobre la cabeza de la desventurada muchacha.
Supongo que el abogado la tendrá protegida por un amparo y que Gisela tomará todas las precauciones del mundo para no ser detenida de nuevo a la fuerza. Pero este cuidado no sólo debe tenerla ella sino todos nosotros, los ciudadanos, sin excepción.
Consumada la derrota electoral de los panistas, ahora el columnista más agachón ante Padrés a lo largo del sexenio, se atreve a hacer chistes sobre la corrupción, y los medios de comunicación importantes que permanecieron de rodillas ante el que les pagaba (“el que paga manda”) maniobran para dejar el barco que se hunde y subirse al que ha iniciado la travesía. ¡El rey ha muerto, viva la reina!
En las Redes menudean los memes y por docenas, por centenares, son los usuarios que todos los días piden que en cuanto entregue la administración, Padrés y sus cómplices sean detenidos.
¿Creen todos estos periodistas y todos estos usuarios de las Redes que Padrés da todo por terminado? No hay duda de que la preocupación del gobernador y sus cómplices por lo que les pueda pasar, y sobre todo, por lo que pueda pasar con las fortunas ilícitamente acumuladas, alcanza ya proporciones de miedo.
Pero el miedo no paraliza a las fieras acorraladas, sino las vuelve más agresivas y salvajes. Quién sabe qué actos de venganza estarán tramando contra quienes se le han rajado y contra los que han logrado echarlos del poder. Han de estar envenenados por el odio. En estos días en que podrían estar preparando actos fastuosos para despedirse con aplausos y vivas de la gente, ven que lo más conveniente es permanecer ocultos, evitar los actos públicos, no salir a la calle. Y esto ha de pagarlo alguno, o algunos, o muchos.
El boxeador gánster es un peligro mientras no le quiten el guante en el que esconde un trozo de hierro para destrozarle el rostro al adversario. Recuérdese que aunque falten menos de tres meses para que Padrés se vaya, conserva bajo sus órdenes al procurador de justicia y la Policía Estatal Investigadora, la policía de varios municipios, incluido Hermosillo, el presidente del Supremo Tribunal de Justicia y el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Cualquier daño que se haga a Gisela o a cualquier ciudadano, bajo cualquier pretexto, es responsabilidad del gobernador. Tal vez no comprende que los actos fuera de la ley, aunque los atribuya a sus colaboradores, agravan su situación legal nada envidiable. Por tanto, hay que recordárselo en todas las semanas que le faltan.
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