En el mero centro: si no cambian a los consejeros, Padrés se robará la elección
Recibo con alivio, aunque todavía no completo, la exigencia de TODOS los representantes de los partidos en el Instituto Estatal Electoral (menos el del PAN, por supuesto), de que el Instituto Nacional Electoral atraiga la elección del próximo junio.
En disertaciones públicas y por escrito, he puntualizado lo que todo el mundo sabe: que si no son cambiados o suspendidos los consejeros electorales, Padrés se robará la elección. Su plan es que mediante el voto de los cuatro consejeros filopanistas, Javier Gándara sea declarado gobernador cualquiera que haya sido el resultado real de la votación. Los demás partidos interpondrán el recurso correspondiente en el Tribunal Estatal Electoral que les dará palo porque también el presidente de ese organismo, Ernesto Muñoz Quintal, es gente de Padrés.
El asunto se iría, para resolución final, al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Padrés confía en que para entonces lo habrá enredado tanto, que podría aguardar un fallo favorable con la complicidad de los influyentes de México, tanto panistas como priistas, que lo han ayudado a mantenerse en el gobierno.
En la publicación que hicieron los representantes de los partidos esta semana, queda en claro que los consejeros Ana Patricia Briceño Torres y Ana Maribel Salcido trabajaron desde 2011 a las órdenes de Sergio González Luna, operador de Padrés y de Javier Gándara, en la Comisión Nacional del nuevo Sistema de Justicia Penal. Se denuncia también que José Roberto Ruiz Saldaña, que era director general de dicha Comisión y consejero nacional del INE, colabora en la construcción de la maniobra destinada a robarse la elección, y se exige la destitución inmediata del vocal ejecutivo del INE en Sonora, Eduardo Trujillo Trujillo0 “por su descara proclividad a favor del PAN”.
Dar cumplimiento a estas exigencias salvaría los comicios del próximo junio; dejar que los vicios políticos continúen alentando la corrupción de Padrés y socios sería un enorme peligro para los sonorenses. La violencia ha hecho acto de presencia. Me reportan que en Navojoa fue incendiado el vehículo de la señora Norma Aurora González, que encabezó una marcha contra el candidato Gándara. Entramos a una etapa de gansterismo.
La comunidad sonorense da testimonio de un fenómeno singular. No quedan ciudadanos o jóvenes menores de edad interesados en la política, que pongan en tela de duda la corrupción del gobernador y sus colaboradores. Pero aunque esto debería servir de freno a los corruptos, los vuelve más cínicos.
Acaba de estar en Hermosillo el trabajador navojoense a quien le robaron su credencial de elector para usar su nombre como propietario de gran extensión de terrenos municipales, que los panistas se “autovendieron” con el apoyo del ex presidente municipal Javier Gándara. El trabajador repitió ante la prensa lo que había manifestado ya en Navojoa, ante notario: que nunca ha sido dueño de ningún terreno en ninguna parte de la entidad. Utilizaron su nombre para un megafraude.
Pregunta un colega columnista dónde quedó el dinero de la venta, y la respuesta es sencilla: Juan Bautista Valencia, su esposa y su hija, así como otros beneficiarios del fraude, no pagaron un centavo; fingieron que pagaban, pero sólo se anotó el supuesto pago. Por eso se configuró el fraude, aparte de otros delitos. Pero en el ánimo de los corruptos no figura en primer término la urgencia de explicar sus actos; están concentrados en ganar a sangre y fuego, con trampas y maniobras, la elección. Así burlarían la acción penal.
Por lo pronto, observemos qué pasará con la petición al Instituto Nacional Electoral.
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