Maloro, constructivo; Lorena, brillante, Dolores, monótona; Damián, mamón
Me niego a malgastar espacio en comentar a los candidatos de Encuentro Social, PT y MORENA, que leyeron todas sus intervenciones. Vamos a los otros cuatro, comenzando por las damas.
Lorenia del Valle, candidata del PRD, enfocó sus propuestas y críticas con sentido social. Dio en el blanco en el asunto del acueducto al Novillo señalando que se ha pretendido satisfacer a los sonorenses de Hermosillo pisoteando el derecho de otros. Y fue brillante la contundencia con que le cerró la boca a Damián Zepeda, que con soberbia quiso darle lecciones. Del Valle le recordó que ella había votado contra la reforma fiscal, y lo abofeteó al puntualizar que él, Zepeda, votó, junto con los priistas, por las llamadas “reformas estructurales”, como la energética, que han sembrado el desconcierto y la injusticia social en México.
Dolores del Río se volvió monótona a fuerza del “tú” con el que se dirigía a un oyente imaginario, y de tanto mencionar, coloreada de rosa, su administración municipal de hace diez años. Recordó “Los bagotes” como si esa obra hubiera resuelto el problema del agua y dio golpes de refilón a sus antiguos compañeros de partido. Uno de ellos, Javier Neblina, que anda en busca de una diputación federal sin idea de lo que debe hacer un diputado, pues ofrece regalar alarmas a cada hogar hermosillense para así, dice, resolver el problema de la inseguridad. Es una estupidez. No utilizó Dolores esa palabra, pero es una estupidez. En cuanto al agua, Lorenia le deshizo el teatro con unas frases: en tiempo de Dolores nos pegaron a los usuarios con los tandeos.
“En seguridad, el PAN ha salido reprobado”, disparó el Maloro Acosta al entrarle al primer tema del debate y propuso un mecanismo que permitirá a la policía estar en ocho minutos en cualquier sitio de Hermosillo. Dolores apuntó, como no queriendo, que en su administración empleaban siete minutos, aunque calló que de esto hace diez años.
Damián, con sus gestos de niño hijo de mamá anunció que si llega a presidente no habrá un solo policía deshonesto (¿a quién quiere engañar con esa promesa boba?) y que rescataría las colonias. Lorena le preguntó unos minutos después. ¿Cómo que rescatar las colonias? ¿Qué no están gobernando ustedes? La perredista mostró la foto de la residencia de un amigo del candidato Gándara, con alberca, que paga 91 pesos mensuales de agua, y otra, de un trabajador, al que le cobran 350 pesos. Y propuso bajar las tarifas en 50 por ciento.
¿Cómo tener buenos servicios públicos, preguntó el Maloro, si los gobiernos panistas aumentaron la deuda de Hermosillo de 530 a 1,400 millones? La ciudad está deteriorada y en desorden y se requiere liderazgo y buena administración. El problema del acueducto es de corrupción, asentó. Y se quedaron sin respuesta panista sus preguntas: ¿Dónde están los cien mil medidores dizque comprados en tiempos del alcalde Javier Gándara? ¿Y cómo se habla de haber pavimentado dos millones de metros cuadrados de pavimento, si el pavimento brilla por su ausencia?
El triste papel de Damián Zepeda fue defender a Padrés y delincuentes que lo acompañan. Elogió el servicio de recolección de basura, en cierta forma también el transporte y se hizo el tonto ante las réplicas que le llovieron.
La personalidad de Damián Zepeda es blandengue. Su actuación fue anoche eso: actuación. Debe haberle parecido eterna la duración del tercer tema: la corrupción. El pertenece al equipo de los corruptos, y sonó a burla que al final mencionara la palabra “honestidad”.
Contribuyó a la monotonía del debate que el tiempo dedicado a contrarréplica lo emplearan los candidatos casi siempre para ampliar sus rollos. Habría que explicarles qué significa “contrarréplica”. Y es aburrido que repita el mismo moderador que en el debate anterior. ¿Se propone emplearlo en todos el Instituto Estatal Electoral? ¿No hay mujeres que puedan desempeñar ese rol?
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