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Hace unas semanas tuve la oportunidad de escuchar la conferencia que el Dr. Paul Krugman, premio Nobel de Economía en el año 2008, impartió en la Ciudad de México, dentro del marco de la Convención Nacional de Industriales 2015, en su plática fue muy enfático al decir que nuestro país, a pesar de lo que muchos opinan, no se encuentra sumido en una crisis, si no que México está pasando por una etapa de inmovilización derivada a la fuerte dependencia de factores externos, que sumada a las malas decisiones o a la falta de ellas en cuestiones económicas, como el aumento de la deuda externa y la aún fuerte desigualdad económica que existe entre los ciudadanos, esto conlleva a pensar que el país nunca podrá cumplir a lo que muchos analistas, políticos, empresarios y al ciudadano común reconocía como el “milagro mexicano”.
Con decirle que el mismo Nobel en Economía sabe que el 80% de la riqueza de nuestro país se concentra en alrededor de 300 familias, lo cual es algo que no tiene cabida para un buen manejo económico, pero esto se ha estado presentando desde hace décadas atrás y no se han generado condiciones que permitan que la distribución de las riquezas sea la adecuada, ocasionando que la sociedad desarrolle patologías que se pueden ver directamente en la pérdida de los valores sociales, los cuales generan la ya tan famosa corrupción.
Las reformas fiscales actualmente están exterminando a la clase media, misma que predominaba en los años 80 y 90, dicho por Krugman, y ahora se tendrá un cuello de botella muy pequeño en donde la gente pobre predomine en la base con muy pocos considerados como la clase alta, lo cual es una atmósfera adecuada para que se creen entornos de anarquía.
El mismo Krugman comentó que las economías en fase de desarrollo no lo podrán lograr si no existen factores propicios para que esto suceda, y los cuales tienen como base a una educación de calidad, pero de calidad a nivel mundial, que sea equiparable con las altas potencias mundiales, por ello, es importante que partiendo de que los ciudadanos sean educados podrán tomar decisiones más asertivas en cuanto a qué tipo de gobierno se quiere tener, qué tipo de bienes y servicios producir y comercializar, tanto internamente como del extranjero, y además que actividades son las ideales para la inversión.
El pueblo mexicano está cansado que tener que esperar un momento o un milagro, ya que se proponen muchas cosas pero no se han sabido aplicar de una manera asertiva.
Por ello corresponde al mismo ciudadano empezar con base en el ejemplo a cambiar el entorno que lo rodea desde su punto de influencia. El país ha crecido alrededor un 2.3% en décadas y esto es una cifra mediocre para un país emergente, ya que los países desarrollados son los que crecen en dicha proporción, ya que en realidad en vez de crecer están manteniendo su nivel de competencia, en cambio México tiene un crecimiento relativo a ser ya un país desarrollado y sabemos que hay mucho por hacer.
Por eso es importante que estados ejemplares en los últimos años como lo son Aguascalientes, Querétaro y Nuevo León, compartan el know-how con los estados que manifiestan fuerte dependencias a factores externos para el crecimiento de su economía, y que se entienda en la administración pública que el desarrollo debe de ser endógeno para poder consolidar el crecimiento en el mediano y largo plazo.
