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Dr. Raúl Héctor Campa García
Los mexicanos somos singulares en cambiar el sentido a diversas maneras de expresiones, llámese discurso, poesía, canciones, etc. Un ejemplo de ello, también, son los albures; que para estos últimos, sobre todo los habitantes del centro de la república, se pintan solos.
También en las parodias que vemos en los teatros, cines, en la televisión y frecuentemente en eventos culturales, escuchamos estas formas de expresar algún repudio a alguien o a algo, sobre todo en políticas públicas.
Por supuesto que esto existe en otros países; no es privativo de nuestro México, lindo y querido, donde gracias a nuestros políticos de antes y de siempre, hay más de 40 millones mexicanos en pobreza, y la mitad de estos en pobreza extrema.
La pobreza que lastima, la que duele y más cuando vemos, que cada sexenio hay nuevos ricos y millonarios, que sustraen “sus bienes” del “cuerno de la abundancia” que es México (por la geografía de nuestro país) con un cinismo e impunidad que da coraje. Estos políticos hacen de la política, su modus vivendi.
Pero además con prepotencia, ya que se creen dueños de vidas y hacienda.
Pero no solo las parodias sirven para manifestar los reclamos de una ciudadanía que esta hasta el hartazgo de las tranzas de los políticos. En la canción ALGO PERSONAL de Joan Manuel Serrat, los describe tal cual.
Probablemente en su pueblo se les recordará
como cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.
Probablemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a quién sirven cuando alzan las banderas.
Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones:
tienen doble vida, son sicarios del mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,
a colgar en las escuelas su retrato.
Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.
Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz,
juegan con cosas que no tienen repuesto
y la culpa es del otro si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Y como quien no quiere la cosa, nada tiene que perder.
Pulsan la alarma y rompen las promesas
y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer
nos ponen la pistola en la cabeza.
Se agarran de los pelos, pero para no ensuciar
van a cagar a casa de otra gente
y experimentan nuevos métodos de masacrar,
sofisticados y a la vez convincentes.
No conocen ni a su padre cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
de declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión
que les permita hallar un marco previo
que garantice unas premisas mínimas
que faciliten crear los resortes
que impulsen un punto de partida sólido y capaz
de este a oeste y de sur a norte,
donde establecer las bases de un tratado de amistad
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma donde edificar
un hermoso futuro de amor y paz.
Quizás, entre líneas de esta canción, ustedes podrán identificar a varios de nuestros ilustres políticos, de nuestro México lindo querido…si dicen que estoy jodido, es que te lo debo a ti (político corrupto). A quien le quede el saco que se lo ponga, aunque dudo que lo reconozcan.
Algunos hasta han formado partidos políticos ¿Recuerdan a alguno o alguna? Yo sí.
Saludos con respeto. #PARACAMBIARYOME INCLUYO
Dr. Raúl Héctor Campa García
Raulhcampag@hotmail.com
