Un verdadero movimiento de ciudadanos, es aquel en donde no están inmiscuidos ni dejan infiltrarse ni gente que pertenezcan a partidos ni sindicatos, por lo que hace difícil pero no imposible lograr una movilización netamente ciudadana en México.
Los movimientos sociales, de ciudadanos, en otros países han logrado cambios en las estructuras políticas, económicas y culturales.
En días pasados en España, el movimiento denominado PODEMOS, reunieron a más de 150,000 personas sin partido, en la Plaza Puerta del Sol de Madrid. Este movimiento tuvo su origen, en una protesta pacífica por el 15M, agrupación que se formó y generó una movilización de la sociedad, convocada por diversos colectivos o uniones de ciudadanos, con el fin de promover una democracia participativa, lejos del bipartidismo imperante en España y mejorar el sistema democrático en contra de gobiernos corruptos y la Banca usurera, manifestándose el 15 de mayo del 2011. Entre muchas de sus consignas con esa finalidad, están la de “No somos marionetas en manos de políticos y banqueros”, “Democracia real ¡Ya! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”.
Con solo 40 personas que acamparon en aquella Plaza en el 2011, actualmente hay una gran movilización ciudadana, pero ya antes del 2011 en varios países se empezaron a organizar. El 15M ha influenciado movimientos sociales en el mundo, inclusive en México con el #Yo soy 132.
En la novela de George Orwell (su verdadero nombre, Eric Arthur Blair, nació en 1903-1950), Rebelión en la granja, el autor caricaturiza- con puercos; cualquier semejanza es pura coincidencia- no solo la revolución rusa, rebasada por la corrupción, también toda dictadura y todo sistema totalitario, sea capitalista o socialista pasado y presente.
Quizás de todas esas historias de corrupción política nace la necesidad de actuar de la ciudadanía, por un hartazgo de sufrir por los malos políticos.
Cierto, es difícil organizar una movilización ciudadana contra la corrupción en México, pero reitero, no imposible. Difícil por qué inmediatamente tiene el riesgo de politizarse y convertirse en Partido Político, como sucedió con PODEMOS en España, ya es un partido político. Otro riesgo son las infiltraciones de gente con intereses personales o de grupos corruptos.
Pero el querer ciudadano de cambiar el status quo, es poder. Se puede, he inclusive ser incluyente de gente con o sin partido, pero que verdaderamente quiera cambiar y denunciar la corrupción con valentía y manifestarse en forma ordenada, pacífica y con normas claras, sin líderes o jefes, sino, con acciones colegiadas por los mismos participantes.
Creo que es un clamor de la sociedad, pero con la fuerza de las ideas y propuestas para mejorar ese México nuestro en todos los niveles, político, laboral, cultural, educativo, etc. No por la fuerza de las armas asesinas, como ocurre en varios estados, por incompetencias de los gobiernos, que si hicieran su trabajo con buenos propósitos, no existiera los grupos de autodefensas, ya también convertidos, por las circunstancias de ineptitud oficial, en lo mismo que combaten, en asesinos obligados. De esto ya basta.
Todos podemos cambiar y para cambiar está en gestación aquí en Cajeme algo que muchos queremos en el país: #PARA CAMBIAR YO ME INCLUYO. ¿Ciudadano, le entramos?
Les saludo.
Dr. Raúl Héctor Campa García.
