Hay una nueva generación de políticos en Cajeme, lo que permitirá a los partidos fortalecer sus ofertas electorales en el 2015; el ingrediente de planillas y fórmulas deberá ser jóvenes y mujeres
Bernardo Elenes habas
Existe, sin duda, en el país, sus estados y municipios, una nueva generación de ciudadanos, interesados por participar en política.
Todos los partidos registran en sus filas, la llegada, en mayor o menor número, de gente que lleva en su sangre, la semilla de los ideales y de la inquietud política.
Cajeme no es la excepción de esta manifestación social, y la muestra más palpable es que el actual Ayuntamiento (2012-2015), es presidido por un muchacho que apenas rebasa los 30 años de edad, Rogelio Díaz Brown.
Pero lo más significativo, y esto no se puede negar, a pesar de críticas y enconos fanatizados de opositores, es que llegó a la alcaldía con 100 mil 823 votos, contra 46 mil 828 de su principal opositora, Eloísa Flores García, del PAN, quien daba la impresión, por la mercadotecnia desplegada y el derroche de recursos en exhibición de pendones, espectaculares, carteles, gallardetes, entrevistas, y una cobertura minuciosa por parte de los medios de comunicación, sobre sus actos de campaña, lo que permitía avizorar que el triunfo electoral era, ya, crónica anunciada.
Sin embargo, la ciudadanía observadora e inteligente, poseedora de memoria colectiva excelente, se encargó de ponerle los pies en la tierra a Eloísa, junto a sus líderes partidarios y a la nomenclatura gobernante, la que después –hasta ahora lo sigue haciendo-, negó la decisión voluntaria y abrumadora del voto popular consciente y definitivo, pretextando que en la abrumadora derrota había influido el caso del agua secuestrada al Valle del Yaqui, tal vez para conservar su autoestima destruida por la lección histórica propinada.
Díaz Brown, ya como alcalde, llamó a integrarse a su administración a muchos jóvenes, otorgándoles responsabilidades importantes, como la Secretaría de Desarrollo Social, que puso en manos de Emeterio Ochoa Bazúa, ampliamente relacionado con las nuevas generaciones de cajemenses, y conocedor de las grandes necesidades de las familias de sectores vulnerables, quien ha sabido dar a esa dependencia el rostro humano justo y a la altura de los tiempos.
Lo mismo sucede con Brenda Jaime Montoya, respondiendo con sensibilidad social a las demandas de la gente; Manuel Montaño, al frente de Sindicatura, los regidores Lourdes Portela, Ramón Ángel Aguilar Soto, Denisse Navarro; el director del DIF, Ventura Félix Armenta.
Por lo pronto, queda claro que en la conformación municipal actual, priísta, dicho partido tiene elementos de dónde echar mano para la plataforma electoral que viene, sin olvidar a su militancia joven y madura donde realizan un trabajo partidario puntual Diva Ponce Caro, Teresita Caraveo Galindo, María del Rosario Oroz, Gabriel Baldenebro, Cristóbal Blancas, Raúl Acosta Tapia, Juan Leyva Mendívil, Aurelio Valdez Dueñas, entre muchos más.
Pero también, se suma a ese listado, la inquietud del sector empresarial, cuyos integrantes muestran disposición para aportar esfuerzos y vocación a favor de su municipio, como Regino Angulo Rodríguez, Arturo Knapp Ramos, Dyther Islas Camacho, Edgar Manríquez Barreras, José Enrique Guerra Fourcade, José de Jesús Nares Félix, Carlos Lares Ponce, Jorge Saldamando, Moisés Vázquez Orrantia, Procopio Almada.
El Distrito XVII, por ejemplo, necesita en el futuro inmediato un diputado joven, dinámico y ampliamente relacionado; ¿acaso no se convierte en un proyecto para esa demarcación, Emeterio Ochoa Bazúa; o bien en el XV, Brenda Jaime, quienes le darían un sentido social efectivo a dichos espacios electorales?
Lo cierto, pues, es que la planilla y las fórmulas legislativas del PRI, y por supuesto de los demás partidos para el proceso que viene, tendrán que llevar como principal ingrediente, dos cosas: juventud y mujeres.
Le saludo, lector.
