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El New Deal y la Gran Depresión

Jaime E. Mondragón
Lunes 11 de Novimiebre de 2013
 

Una solución política urgente para un grave problema económico (6)

Para enfrentar la Gran Depresión que flagelaba a los EUA, el presidente Franklin D. Roosevelt propuso el NEW DEAL, un agresivo Programa Económico de carácter intervencionista. Debe quedar muy claro que la intervención gubernamental en la economía es radicalmente contraria a la política económica Liberal. Esta declaración es de capital importancia.

Según la mayoría de los analistas del NEW DEAL, éste se desarrolló entre 1933 y 1938 con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población, reformar los mercados financieros y revitalizar una economía herida desde el Crac del 29 por el desempleo y las quiebras en cadena.

Sostienen que la Gran Depresión comenzó el jueves 24 de octubre de 1929 con el crash de la Bolsa de Nueva York, para expandirse progresivamente por todos los sectores económicos y posteriormente por la totalidad de los países capitalistas industrializados. Esta es otra cuestión que debe tenerse presente: la crisis no afectó a la Rusia socialista, que regía su economía con los rígidos y ambiciosos Planes Quinquenales de José Stalin.

De hecho, la Unión Soviética (URSS) se vio poco afectada (infectada) por la crisis capitalista porque 1) practicaba la planificación integral, central y coercitiva (sometía todas las regiones y sectores económicos); 2) no experimentó el auge de la postguerra europea de la década de 1920; 3) porque sus intercambios comerciales con los países capitalistas de occidente eran muy reducidos y finalmente 4) porque la economía planificada no se impacta tan fácil y severamente con los ciclos económicos.

Estados Unidos generó la crisis y en consecuencia fue el primer afectado tras el crash, tocando fondo en 1932 con impresionantes consecuencias negativas, como lo hemos establecido en los ESCRITORIOS ECONÓMICOS anteriores.

Pero es importante señalar que en contrario de lo que postulan la mayoría de los analistas, la crisis no inició con la caída de la Bolsa de Valores. Más bien, la crisis originó la caída de la Bolsa de Valores. Aunque es estrictamente cierto que el crash de la Bolsa complicó terriblemente el problema económico de los EUA.

Un dato debe quedar bien comprendido: la economía estadounidense sufría ya, en el inicio de la década de 1920, diversos y muy profundos desequilibrios económicos y sociales, principalmente en el reparto de la riqueza y los recursos. Las elites concentraban la propiedad, la riqueza, el ingreso, el poder y las oportunidades.

Algunas fuentes que abordan críticamente este tema, estiman que tan solo treinta y seis familias ricas percibían el 42% del ingreso total, mientras que más de 20 millones de familias estaban en la pobreza.

No olvide, lector, esta circunstancia de la mayor trascendencia: imperaba una excesiva, intolerable, injusta e inmoral concentración del ingreso, la riqueza, la propiedad y el poder.

El 2 de julio de 1932, el candidato a la presidencia de los EUA Franklin D. Roosevelt, pronunció por primera vez la expresión NEW DEAL en su discurso a la Convención Demócrata de Chicago en 1932, expresión que fue acuñada por Raymond Moley o Samuel Rosenman, asesores del entonces candidato a la presidencia de los EUA.

Parece haber coincidencia entre los estudiosos que la propuesta del NEW DEAL se inspiró en un Programa Económico Nacional, bautizado Square Deal, que diseñó Theodore Roosevelt en los inicios de siglo XX. Entonces ya los EUA padecían una severa crisis económica, la que finalmente fue temporal y artificialmente superada por los pingües beneficios que la Primera Guerra Mundial generó para la economía norteamericana.

Nótese que la crisis capitalista norteamericana de inicios de siglo se interrumpió por la Guerra europea, pero al concluir ésta en 1919, reaparecieron los efectos negativos y el sistema económico se colapsó.

El 4 de marzo de 1933, Franklin D. Roosevelt asumió la presidencia de los EUA sin contar con un plan económico definido. Su discurso de investidura ofreció soluciones sin precisar programas, pero convocó a la población norteamericana a tener fe en su destino y en sus nuevas autoridades. Pronunció entonces su frase célebre: «The only thing we have to fear is fear itself» («lo único que debemos temer es al propio temor»).

Roosevelt estaba convencido de la necesidad de llevar a cabo una política económica audaz e innovadora. Confió en sus colaboradores más cercanos y en sus asesores y convino con ellos en las ventajas y beneficios de la planificación. Aunque por razones obvias, la planificación que habrían de practicar no podía tener las características de la planificación socialista: no podría ser coercitiva, integral y centralizada.

Por supuesto, las nuevas autoridades deberían mantener la hegemonía del Mercado y la propiedad privada, aunque sí incorporarían algunos controles y limitaciones estratégicas en la economía y por ello en muchas ocasiones se les calificó de comunistas

Del párrafo superior debe notarse el reconocimiento implícito a la planificación como eficaz instrumento de la economía para lograr el crecimiento del producto y una adecuada distribución de sus beneficios entre la población toda. Conviene reiterar enfáticamente que la planificación es la antítesis del capitalismo económico liberal que establece como postulados básicos la libertad de los actores económicos (productores, intermediarios y consumidores), el mercado sin regulaciones de ningún tipo y la seguridad legal y política más amplia a la propiedad privada.

Del NEW DEAL se puede hablar en términos de etapas, o fases históricas. Hay analistas que se refieren al NEW DEAL en dos fases: el primero que se conoce como el ¨Plan de los 100 días¨ se aplicó entre el 9 de marzo y 16 de junio de 1933 y comprendió un gran número de medidas agresivas en favor de la moneda y del sistema bancario en general, de la agricultura, de la industria y de la lucha contra el desempleo.

El segundo New Deal se presentó en noviembre de 1934 y correspondería al período 1936-1938, coincidiendo su término con el inicio de la Segunda Guerra Mundial que se libró en Europa.

El gobierno federal desempeñó un papel esencial en el New Deal,  favoreciendo la producción local mediante la aplicación de amplios programas proteccionistas y de fomento a las pequeñas y medianas empresas, mientras que se obstaculizaba y sancionaba la participación de los monopolios. Promovió el soporte crediticio oportuno con tasas de interés muy bajas para los empresarios y dio a la población todo género de facilidades para que ampliaran su  consumo y bienestar.

Uno de los méritos más destacables del NEW DEAL se centra en la cuestión de las jubilaciones, el fortalecimiento de los sindicatos y sobre todo, en el trato que ofreció al Empleo. Los numerosos programas que pretendían crear empleo digno (con salarios justos y prestaciones dignas) se lanzaron en 1933, y las reformas se encadenaron con celeridad, arrojando beneficios en cortísimo plazo.

El New Deal promovió las primeras formas del Estado del Bienestar en los Estados Unidos y sin duda, en esta política de apoyo socioeconómico a la población en general radica la mejor y más importante aportación del presidente Franklin D. Roosevelt. En este enfoque estrictamente filantrópico reside gran parte de la solución a la Gran Depresión económica de los EUA.

En términos más desagregados y precisos, el inicio del ¨Plan de los 100 días¨ implicó la adopción de muchas y muy diversas y necesarias Leyes de carácter económico. Puede aseverarse que la inmensa mayoría de las medidas se tomaron rápidamente para solucionar lo más urgente. Un ejemplo: en el primer día de gobierno, Roosevelt ordenó el cierre excepcional de todos los bancos del país a través de un ordenamiento que se conoce como United States bank holiday.

La primera Ley propuesta por el presidente Roosevelt se refirió a los bancos. Su medida, muy agresiva, la expuso y justificó públicamente el 12 de marzo, cuando Roosevelt se dirigió a la nación por radio con el propósito de explicar su política y sus propósitos generales en materia económica.

Luego de esa primera Ley mencionada, otras quince leyes se votaron en el transcurso de los ¨Cien Días¨ que constituyeron el episodio más importante del primer NEW DEAL. Se trataba de proyectos elaborados en la coyuntura de la emergencia para la mejora de la situación socioeconómica en el corto plazo.

Las reformas abarcaron todos los sectores con un contenido de fuerte promoción del empleo. Destacó por su importancia el Programa titulado Civilian Conservation Corps, que movilizó a 250 mil jóvenes en su primera etapa. En definitiva, dos millones de personas fueron contratadas en el transcurso del ¨Plan de los cien días¨.

En general, del ¨Plan de los 100 días¨ puede decirse que tuvo una divisa que se conoció como la Divisa de las 3 Rs: «Relief, Recovery and Reform» (Asistencia social, Recuperación y Reforma).

En el próximo ESCRITORIO ECONÓMICO se analizarán los componentes básicos de las reformas estructurales del NEW DEAL.  Hasta entonces.

ESCRITORIO ECONÓMICO
M.N.I. Jaime E. Mondragón M
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