|
Cuenca del río Yaqui y Desarrollo Regional (parte 2)
Dramáticamente, los alimentos básicos procedentes de la agricultura triplicaron su precio, en un contexto de volatilidad, de inestabilidad. La crisis alimentaria nos lleva en una tercera oleada, la primera llegó con la crisis financiera mundial por los créditos hipotecarios y la especulación inmobiliaria en Estados Unidos, hace 6 años. La segunda, por la crisis en el precio internacional del arroz, hace casi 3 años, agravada por los grandes especuladores, sin importar el hambre, ni los pueblos, ellos, sin regulaciones ni control supranacional, van adelante, lo que les importa es engrosar sus ganancias y tomar mayor control en la economía mundial.
La inercia del sistema económico que padecemos --centrado en el egoísmo negativo, acumulación del dinero y de la propiedad, concentración generadora de exclusión y marginación, de pobreza y miseria-- nos dice que esta dinámica en los precios de los alimentos llegó para quedarse, no va a desaparecer mágicamente.
Por la sabiduría de la experiencia, hemos de volver (retorno inteligente y sensato, un retorno sin retroceso) a retomar y actualizar a las condiciones actuales las políticas públicas de antes de los 80s, que tuvieron su punto de partida con el Gral. Cárdenas para levantar al campo mexicano, a los campesinos (en vías de extinción, así dicen ahora) asegurar el abasto de alimentos y la generación de excedentes para el mercado externo.
Esto es práctico, perfectamente viable y financieramente costeable con recuperación de la inversión, aplicando políticas públicas, programas y recursos al campo. Estas son algunas de las tesis centrales --desde el conocimiento; estudio, vasta investigación y experiencia-- del Dr. José Luis Calva Téllez, lúcido expositor magistral en el Foro AGUA y ALIMENTOS para el Desarrollo Regional Sustentable que tuvimos en el Sur de Sonora, con sede en Cajeme, el pasado 29 de marzo.
¿Y mientras…?... Estamos donde estamos, en la lucha, sin claudicar…
Estamos en la necesidad existencial de supervivencia, la defensa del Valle del Yaqui, nuestra tierra y sus potenciales de vida y alimentos, su agua, y el derecho humano y social de esta población, seis municipios y mas de 500,000 habitantes, a un desarrollo regional integral y sostenible, frente al proyecto muy personal, por casi 3 años, del Gobernador Guillermo Padrès con su capricho político y de negocios, que NO es atender y saciar la sed de la población de Hermosillo, lo que es solamente una pretexto para su ´´tubo´´, esa megaobra absolutamente innecesaria y meganegocio para él, los suyos y quienes, no importa a que precio para esta región y para el país, quieren lucrar y aumentar su espacio y dinámica de negocios desde la capital, municipio de Hermosillo.
Como población tenemos derecho entero y completo a un desarrollo integral y sustentable, a vivir y trabajar en el territorio región sur Sonora y Valle del Yaqui con el agua que provee la Cuenca del Río Yaqui y nos reconoce y atribuye expresamente la ley, para ser usada dentro de la misma cuenca, en el presente y en el futuro, como vida organizada en los seis municipios de esta planicie. Es muy importante reconocer y apreciar objetivamente toda la relevancia que este valle tiene en la producción de alimentos para México, en la que desde los 80s tenemos enorme déficit y se atiende con importaciones cuantiosas y costosas.
El Acueducto Independencia ha ido y va por la vía de los hechos, en una actuación arbitraria y atropellos sostenidos sistemáticamente de parte del Gobernador de Sonora, con la intervención directa y decidida del Ejecutivo Federal, ambos desobedeciendo la ley y actuando directamente en contra decisiones del Poder Judicial Federal. Ellos están en flagrante desobediencia frente a la ley y a mandatos judiciales específicos, incurriendo en desacato y contumacia, actuando obstinadamente en rebeldía al Estado de Derecho, con un comportamiento ilegal y anti judicial.
De esta manera se han creado y acrecientan tensiones y el conflicto, produciendo una alineación y enfrentamiento de los intereses que se corresponden con el SI y el NO de ese megaproyecto, “el tubo”, tan discutible, cuestionado y cuestionable. Estamos en el curso de una división y enfrentamiento, en una pugna y encono que avanza y no se aplaca, cargándose de tensión y animosidad… Vivimos en una situación delicada y urgente que nos exige una intervención responsable y positiva para que este aspecto negativo no avance más, después darle reversa va a ser difícil, largo y muy costoso humana y socialmente…
Hay que hacer las cosas bien y trabajar por la VIDA, la VERDAD y la JUSTICIA, con visión y sentido de conjunto: Por el bien de la Naturaleza y de las poblaciones. En nuestro contexto de vida, de geografía y ecología, hacemos parte de una región, es aquí que estamos como familias y comunidad, como pueblo, aquí vivimos y no en otra parte.
No somos súbditos, o simples subordinados, somos ciudadanos.
Tenemos derecho a la VERDAD y a la JUSTICIA.
Tenemos pleno derecho a que las decisiones, las acciones de gobierno, así como los proyectos de construcción de obra hechos con los recursos públicos, sean procesados públicamente, con información completa, transparencia y con claro, entero y suficiente fundamento.
Lo decimos y lo actualizamos en medio de una grave y profunda crisis de autoridad y de gobernación en Sonora, como actores conscientes y responsables de la sociedad civil participando en la vida pública, retomando en nuestras manos la cuota que nos corresponde de la soberanía popular, frente a esa inaceptable y reprobable acción gubernamental en Sonora y de la Presidencia de México, que va contra la razón, contra la ley y contra mandatos judiciales expresos.
Tenemos pleno derecho a pedir y exigir a los Diputados en el Congreso del Estado de Sonora y en la Cámara de Diputados el cabal cumplimiento de su facultad y responsabilidad como Representantes del Pueblo, ya que es tarea especifica de ellos fiscalizar y controlar el uso del dinero y los bienes públicos:
Que cumplan correcta y cabalmente su responsabilidad NO asignando presupuesto a la obra del Acueducto Independencia por no tener fundamento legal y por la vigencia de decisiones del Poder judicial Federal que prohíben ese proyecto y obra. Aunque sea obra terminada y en operación.
Y que también intervengan en auditar, supervisar y controlar el uso de los recursos públicos y privados que se han aplicado.
Hay preguntas que deben ser contestadas:
¿De qué fuentes y con qué manejo se ha financiado la obra del citado acueducto?
¿De quiénes se ha obtenido el dinero? ¿En qué términos? ¿Con qué costos y con qué compromisos?....
Esta facultad y responsabilidad constitucional de los diputados locales yfederales (autorizar, supervisar y auditar el gasto y la obra pública) ha de ser bien ejercida, oportunamente, con claridad y eficiencia. Los representantes populares han de dar cuenta y razón informando públicamente de modo completo y fluido del cumplimiento cabal de estas facultades y responsabilidad.
Estamos frente a grandes intereses creados entre políticos profesionales y hombres de negocios [arraigado vicio y practica común entre gobernantes, representantes populares y empresarios] mediando arreglos, ellos son los grandes y verdaderos beneficiarios de esta obra innecesaria, quienes con una franca y abierta actitud populista cortejan a la población de Hermosillo, aparentan luchar para atender y resolver las necesidades humanas, dividen y enfrentan, innecesariamente, cuando hay otras alternativas, válidas, con amplias y adicionales consecuencias positivas y sin el enorme costo económico y daño ecológico significado por el trasvase de una cuenca a otra.
Rogelio Valenzuela Parada
Centro de Estudios y Reflexión
Movimiento Ciudadano por la Conservación del Agua del Sur de Sonora
