En la expansión, no la recesión, es el momento idóneo para la austeridad fiscal.
John Maynard Keynes
Motivado por las circunstancias adversas, entre ellas la urgencia de tener otra diputación local, el gobernador Guillermo Padrés anunció otro plan de austeridad para su gobierno y ahorrarse más de 700 millones de pesos en lo que resta del año.
Sin embargo, un sector importante de ciudadanos reaccionó con recelo y escepticismo ante la noticia, principalmente por la crisis de credibilidad que le originó al Nuevo Sonora la aprobación del impuesto disfrazado de tenencia, llamado Común.
Y es que una vez aprobado el impuesto de la tenencia, que prometió eliminar cuando andaba de candidato y no sufría de amnesia, el mandatario estatal quedó al nivel de uno de los personajes de las fábulas de Esopo, aquella del Pastor y el Lobo.
Cuenta el escritor griego de un pastorcillo que cuidaba ovejas y que varias veces pidió el auxilio de los aldeanos por la presencia del lobo, pero como se trataba de un engaño, nadie intentó ayudarlo cuando de verdad el feroz animal atacó a sus ovejas.
El parecido con la realidad no es mera coincidencia sino que el cananense se la ganó a pulso, pues lo mismo declara “ya llegó el agua a Hermosillo”, que se va solucionar el problema del transporte y que, ahora sí, hará cambios en su gabinete. Y qué decir del vía crucis en que traen a un grupo de proveedores y en su momento a los becados.
Por eso ahora que sale con el nuevo plan de austeridad, lo que menos hace el ciudadano es creerle -conmueve que el tesorero Villalobos afirme que ahora el gobernador maneja un vehículo blindado modelo 2007- pero además la experiencia nos recuerda que estas medidas tienen su origen en el mal manejo de las finanzas por el gobierno en turno.
Hagamos un poco de memoria. Durante los 80´s, después de cada crisis económica le seguían los famosos planes o pactos, pero que al final poco se cumplían, pues por el modo de ejercer el poder -y los panistas no son la excepción- la clase política es la que menos “paga los platos rotos” que quiebra cíclicamente.
El ejemplo más claro es que la cantidad que supuestamente se va ahorrar con el plan de austeridad, es muy similar a la cifra que se va recabar por concepto del Común, es decir, el gobierno “se ajusta el cinturón”, pero luego se lo suelta con el cobro de nuevos impuestos.
No hubiera sido mejor evitar tanto desgaste y protestas con un plan de austeridad desde que se aprobó el nuevo presupuesto en diciembre? O mejor aún, si se sabía que había vencimientos importantes de deuda por qué no se hizo desde el inicio en el 2003? Como que no hay mucho mérito en decir que se va ahorrar lo que no se tiene.
Interesante hubiera sido que este gobierno, que presume tener “bien puestos los pies en la tierra”, retomara la propuesta de Reordenamiento de Gasto que le hizo la agrupación Sonora Ciudadana y que a cambio de eliminar el Común, ejecutara 10 medidas que le ahorrarían 1 325 millones, el doble del monto del plan de austeridad.
Y mientras se reparte culpas para justificar la moratoria de facto en la que está Sonora, la obra pública brilla por su ausencia y la que hay está inconclusa, pero para financiar campañas sí hay dinero, verbigracia Distrito 17, donde los panistas van con “Tocho” el apoyo del aparato estatal, rumbo al 7 de julio. Es cuanto.
