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Más allá de la sátira y el hiriente comentario popular que ha desatado el magnífico operativo de las autoridades chilenas (con dirección a las autoridades mexicanas) que felizmente culminó con el rescate de los 33 mineros que habían permanecido atrapados desde hacía algunos meses, pareciera que el hecho ha servido de espejo para la comunidad mundial y muy especialmente para el gobierno mexicano que en años pasados no pudo o no supo cómo encarar y llevar a feliz término un drama similar que culminó con la muerte de los 65 mineros connacionales, en la llamada zona de Pasta de Conchos, en Coahuila.
Resulta increíble que todavía a estas alturas, cuando Chile nos muestra que sí es posible lograr un rescate de tal magnitud cuando hay coordinación entre autoridades de los distintos niveles de gobierno y, sobre todo, cuando estos operativos son encabezados por el mismo mandatario federal, Sebastián Piñera Echenique, aquí en México, apenas con fecha de éste jueves 14, el senador Ricardo Monreal, del PT acaba de proponer un punto de acuerdo para que en el caso de Pasta de Conchos en donde murieron 65 mineros mexicanos, se retomen las investigaciones y se llegue hasta las últimas consecuencias. Para los que ya hayan olvidado el caso y al mismo Monreal, les recuerdo que la desgracia de que habla el legislador tiene ya cuatro años de haber ocurrido y que de lo único que tienen memoria la mayoría de mexicanos es que, ni por asomo vimos el esfuerzo que sí se hizo con los mineros chilenos y por supuesto, la indolencia demostrada por los gobiernos federal y estatal que se enfrascaron en un toma y daca de mutuas responsabilidades, mientras que 65 almas esperaron en vano la ayuda de sus autoridades.
No por nada, el pueblo que nada calla y que hasta en la desgracia le encuentra el lado picaresco a las cosas se dio el tiempo para caricaturizar con toda sorna, las siguientes ocurrencias lapidarias que pintan de cuerpo entero la mecánica nacional, de haber ocurrido aquí en México el rescate de los 33 mineros que la comunidad mundial saludó con gran júbilo. Corre video:
Si los mineros hubieran sido mexicanos:
El operativo se llamaría “Rescate Bicentenario” y la cápsula, “Independencia”.
...Vicente Fox ya habría expresado “toda mi solidaridad para los buzos en desgracia”.
...al minero bígamo lo estaría esperando Laura Bozo al grito: ¡que suuuban al desgraciado!
...los tendría arraigados la PGR por cavar narcotúneles.
...la cápsula Fénix tendría decenas de logotipos de empresas privadas, entre estos las marcas líderes de Coca Cola y Pacífico Light, la misma que rifa en el King Kong del compa Ali Murue
...estarían diciendo que todo fue un montaje de García Luna.
...podrías mandar un mensaje al 21111 para escoger cuál debe abandonar la mina primero.
...querrían llevar la mina a Reforma para hacer el rescate desde ahí.
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..hubieran hecho un pliego petitorio exigiendo la renuncia del director de la mina, de lo contrario se negarían a salir.
...apenas se estaría tramitando el permiso de uso de suelo para excavar.
-- Napito los estaría esperando para cobrarles sus cuotas atrasadas al sindicato.
-- la maestra gordillo, con el SNTE al frente los estarían esperando con una manta en donde se leería “ ya vasta de esperas, que los suvan”.
--- García Luna les habría mandado a “la paca” en su busca.
--- Calderón todavía estuviera realizando su última mesa de dialogo para ir en su rescate y Lalo Vázquez, de la Reja, habría querido recibirlos con sendos cabritos para agasajarlos tras tremenda hazaña.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
Y a propósito de realidades, otra más que queda al descubierto, más bien, se exhibe una vez más, porque el secuestro no es cosa de los nuevos tiempos, así se trate de quien se trate, es lo endeble que estamos ante el clima de violencia y que el accionar del crimen organizado sigue estando por encima de nuestras autoridades. El caso del llamado jefe Diego no nos deja mentir. El hombre que hasta el pasado 14 de mayo era uno de los personajes más influyentes e intocables de México fue secuestrado de la manera más fácil por un grupo de hombres armados que lo mantienen aun en cautiverio. Y no es precisamente a la luna o algún otro planeta del sistema solar a donde se lo habrán llevado. El hombre está en México y en más de tres meses nuestros sabuesos policiacos no han dado con su paradero. La familia, trascendió en días pasados, ha pagado ya un rescate de más de 20 millones de dólares y en breve será puesto en circulación.
Del grupo que lo mantiene secuestrado solo se sabe que son gente que están enterados tanto de la vida personal del ex senador como del acontecer político nacional, a juzgar por éste que fue su último comunicado:
Edad: 69 años. Estatura: 1.70 metros. Peso: 65 kilos. Complexión: muy delgada. Tez: morena clara. Seña particular: cicatriz en la columna vertebral. Banco Nacional de Personas Extraviadas.
“Dicen que el Jefe Diego parecía virrey de la Nueva España y, en consecuencia, muchos querían verlo preso o, peor aún, muerto.
“Dicen que para todo fin práctico fungió como vicepresidente de México y, tras aquella noche en que su pasado lo alcanzó, no faltó quien “ quizo” que se pudriera en los infiernos ni quienes lo alabaron por la doble hazaña, según, de ser un viejo güevudo y un cabrón bien hecho.
“Dicen que pudo haber sido objeto de venganza de algún grupo de poder o de particulares defraudados o ardidos, y se ignora si su misteriosa ‘desaparición’, vuelta luego ‘secuestro’, aparte de fines económicos, tuvo algún otro propósito, o si se trató de un intento de trueque del narcotráfico.
“Dicen que sus últimas fotos sólo mostraron los restos del hombre intocable y poderoso que fue, y que sembrador de vientos y cosechador de tempestades no se supo si fue víctima de una banda del crimen organizado, o de algún grupo poderoso del gobierno, o de alguna organización guerrillera.
“Gracias a la trayectoria personal y pública del Jefe Diego se seguirán diciendo muchas cosas y quizás todas quepan como líneas de investigación, desde que su familia lo abandonó y de que a sus propios amigos no les importó su suerte. ¿Seguiremos informando?”.
Lo firman “Misteriosos Desaparecedores”. Sugerencias y comentarios; premiereditores@hotmail.com
