El sino del escorpión arranca el concierto con una declaración radical: los corridos tumbados son una revolución en la música popular mexicana por su utilización extraordinaria de los instrumentos tradicionales y su integración con elementos electrónicos contemporáneos, así como por la innovación de sus estructuras melódicas y rítmicas, y por su adaptación lírica de los impulsos vitales callejeros y barriales de la vida urbana moderna de los jóvenes mexicanos, fronterizos y mexicoamericanos.
Vale precisar también la especificidad del género, es decir, los tumbados no son corridos tradicionales, ni narcocorridos, ni boleros rancheros o baladas románticas. Como género, o, si se quiere, como subgénero musical singular, los corridos alterados son una conexión, un puente entre los tradicionales corridos rancheros y el hip-hop, el trap, e incluso el reguetón. Su desarrollo musical ha sido original, aunque se encuadre en el muy amplio y ambiguo concepto del “regional mexicano”.
Y en efecto, los temas de los tumbados no podían ser otros que los elementos de la historia biográfica de sus autores: la pobreza en sus inicios como cantautores, el amor familiar, el narcotráfico, el consumo de drogas, las acciones de los cárteles, la violencia que ejercen y las armas con las que cometen sus bárbaros crímenes. También la ambición de dinero y más dinero (todo el que se pueda), de autos y camionetas de lujo, mujeres jóvenes, ropa costosa de marca, relojes y cadenas de oro: la vida como una fiesta permanente con mucho sexo, alcohol, drogas y música (¿“sexo, drogas y rock’n roll” no era la consigna vital de los años setenta?).
Los corridos tumbados redefinen entonces el corrido tradicional al incorporar compases más lentos y tempos cambiantes (puede acelerarse o contenerse según la intención lírica o dramática), estructuras melódicas dinámicas más allá del acompañamiento tradicional de guitarra y las cuartetas octosilábicas constantes; en resumen, una estética sonora contemporánea que representa a las nuevas generaciones y ha impulsado al género más allá de sus raíces hasta alcanzar audiencias internacionales.
El ritmo de los corridos tumbados es una de sus características distintivas. Los tumbados optan por compases pausados, lo que les da un aire relajado y melancólico. La influencia del trap y el hip-hop se hace evidente en la forma en que los artistas cantan con un flow callejero y lúdico, negándose al tradicional y límpido falsete o al cursilón fraseo amoroso del bolero ranchero. Esto crea una sensación de cercanía y autenticidad. En cuanto a sus melodías, éstas combinan líneas melódicas sencillas y pegajosas con armonías que evocan por momentos la música regional para pasar con rapidez a la música urbana.
La instrumentación de los corridos tumbados es una de sus genialidades, al introducir innovaciones a los instrumentos tradicionales como la guitarra de doce cuerdas (docerola), el requinto de doce cuerdas, el bajo sexto, el bajo cuarto y el tololoche, más el trombón, el trompa alto y la tuba, lo que aporta una textura sonora más rica y profunda, todo entramado con elementos urbanos como beats electrónicos y efectos de producción digital. Esta combinación de instrumentos da al género una identidad única.
La tuba y el trombón, utilizados en la música norteña y de banda, han sido adaptados en los corridos tumbados para generar un sonido más profundo, incluso al modificar su boquilla y realizar algunas adaptaciones mecánicas al instrumento mismo. Ya en la grabación, han experimentado con procesos de ecualización y efectos digitales, con sintetizadores, bajos más profundos y efectos de producción que les dan una presencia más marcada en la mezcla, semejantes a los graves profundos del hip-hop y el trap.
En cuanto a las cuerdas, el alacrán ha visto impresionado la manera en que se toca en los tumbados el requinto de doce cuerdas, utilizando recursos como el bending y el slide, provenientes del country el blues. También se ha experimentado con procesos de grabación para el requinto, como la compresión y el rever digital, en busca de un carácter más atmosférico. De igual forma, la célebre docerola (una variante de la guitarra de doce cuerdas), ha sido clave en la evolución del género. En los corridos tumbados se ha explorado su uso más melódico y rítmico mediante técnicas de rasgueo originales que acentúan la cadencia. Además, algunos músicos incorporan afinaciones alternativas para lograr un sonido más oscuro y único.
También el bajo acústico, el bajo sexto, el bajo cuatro y el tololoche, junto con la utilización precisa del bajo eléctrico en ciertos ritmos y líneas sonoras, son característicos de los corridos tumbados. A veces la ecualización se ajusta para que los graves sean más contundentes, semejantes a los del trap y el reguetón. Además, algunos músicos han incorporado líneas de bajo más complejas, con influencias del funk y el jazz, lo que aporta una mayor riqueza rítmica.
La doctora Kim Anne Carter Muñoz, etnomusicóloga de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explicó al portal derechodigital.com que los primeros compositores de tumbados, Natanael Cano, Dan Sánchez, Peso Pluma y otros pioneros del género, tuvieron problemas para entrar en la escena musical y optaron entonces por subir sus grabaciones a redes sociales, donde se volvieron virales en cuestión de días. Con rapidez las disqueras descubrieran el potencial ($$$$$) de estos jóvenes que encontraron formas de reinterpretar viejos modelos con una nueva fórmula.
Con todo, la muy profesional periodista Laura Sánchez Ley revela en una investigación en Milenio que Natanael Cano, Los Tucanes y Julión Álvarez son los reyes de las multas por tocar narcocorridos en sus conciertos. La investigación de la periodista revela “que del año 2022 a la fecha se han recaudado 14 millones 583 mil pesos derivados de multas en contra de estrellas de la música regional, que, pese a la prohibición, han decidido cantar narcocorridos”.
En algunos estados, como Chihuahua y Guanajuato, y también en varios municipios del país, ya se prohíben los narcocorridos y corridos tumbados por considerarlos “apología del delito”, mientras la Presidenta Sheinbaum ha pedido no censurarlos. En realidad, los tumbados o alterados tienen cada vez más éxito, evolucionan musicalmente y logran aportaciones importantes a la música popular mexicana contemporánea, a la cual, a estas alturas del concierto, muy pocos músicos aportan algo nuevo, y aquellos que lo hacen desde luego no están en el mainstream de la música comercial.
@Aladelagarza
La revolución musical del corrido tumbado | SinEmbargo MX