Durante esta semana que termina, la rectora Rita Plancarte entregó a la comunidad universitaria el mural que a fines del siglo pasado pintaron Alberto Morachis y Lupe Serrano y que fue restaurado por el maestro Carlos Ríos Villegas y su equipo. El mural se encuentra más o menos al costado norte de la plaza interior de la Universidad. Ahí estuvo de 1987 a 1997 otro mural en el que pintores anónimos del Grupo Organización de Artes metieron su cuchara, digo, su pincel, con modestos resultados. Se descascaró y fue necesario rasparlo.

Ni en el boletín informativo de la Dirección de Comunicación Social de nuestra Alma Mater ni en la ceremonia de inauguración fue mencionado Lupe Serrano ni comentado el hecho de que la obra de Morackis comenzó a deteriorarse pronto porque no prepararon de manera adecuada el muro y porque utilizaron pintura vinílica. Y es que no consultaron mi libro “Diálogo con multitudes”, editado en 2001, en donde se reproduce, además, la descripción fiel del mural de autores anónimos que hubo ahí.

Tampoco se informa que el maestro Ríos es un veterano en restauración. Restauró el mural que pintó Roberto Peña Dessens en el vestíbulo de Letras Hispánicas y del mismo artista, uno que se admira en el Departamento de Agricultura, allá, a la salida hacia Kino.

OTRO CASO

A fines de 2024, la Universidad publicó, con retraso de 75 años, la “Antología del IX Congreso Mexicano de Historia” de 1949. El autor, Armando Quijada Hernández, se esfuerza en reunir un puñado de fuentes. No viene ahí mi “Historia General de Sonora” en cuyo primer Tomo, que apareció hace veinte años, indico qué historiadores asistieron el Congreso y las ponencias que leyeron. Este material se encuentra en mi libro “Historia y Crónica” que forma parte de “La saga de la cultura sonorense 1831-2020”, que apareció el año pasado.

¿Desconocen los funcionarios de la Universidad que no pocos de los egresados de esa Casa de Estudios publicamos libros? Sería satisfactorio y útil que nos citaran en las oportunidades que se presentan. Nos sentiríamos orgullosos. Y tal vez, sólo tal vez, también las autoridades universitarias.

carlosomoncada@gmail.com