Tres escollos para el Plhino
Nicolás Pineda
Viernes 19 de Abril de 2024

El pasado 2 de abril, el gobernador revivió el añejo proyecto conocido como Plan Hidráulico del Noroeste (Plhino). Se trata de una serie de obras que buscan transferir agua entre presas y ríos, desde el norte de Nayarit, pasando por Sinaloa, a Sonora y ahora se menciona que también hasta la Baja California.

El proyecto fue planteado por primera en 1970 por el gobierno de Faustino Félix. Después fue retomado por los de Biébrich y de Bours. El mismo acueducto Independencia de Padrés puede ser considerado un tramo de este plan.

En esta ocasión, parece que el gran proyecto cuenta con la bendición de los gobernadores de Nayarit y Sinaloa. Políticamente, se puede apreciar que hay cierta alineación “de los astros”, similar a los años setenta, que favorece a este gran proyecto. El proyecto es el sueño de los ingenieros civiles y de los gobernantes que gustan hacer obra.

Sin meternos en consideraciones ambientales, de azolves, demanda de energía y costos financieros, el proyecto enfrenta, para comenzar, tres escollos críticos.

 

Primer escollo: las presas de Nayarit

El proyecto requiere que se construyan presas en Nayarit, en los ríos Acaponeta, San Pedro y Santiago. Por lo menos la presa Las Cruces en el río San Pedro Mezquital ha sido objetado por grupos ambientalistas y su proyecto fue cancelado en 2014. El embalse inundaría el poblado de San Blasito y afectaría al pueblo de Saycota, así como a 14 sitios sagrados de las etnias Cora y Huichol. Restringiría además el agua que el río lleva a Marismas Nacionales, uno de los manglares más grandes de México, que es área natural protegida.

Ciertamente, hay problemas de inundaciones en el norte de Nayarit y hay también grupos que apoyan la construcción de las presas. Allá se habla de que las presas serían para producir energía eléctrica y desarrollo local; no se habla de transferir agua para el norte. Falta entonces un largo camino que recorrer en el consenso y decisión para construir estas presas.

 

Segundo escollo: la transferencia de Sinaloa a Sonora

Puede ser que el gobernador de Sinaloa diga que aprueba el proyecto, pero está aún por verse que los agricultores del norte de Sinaloa aprueben la transferencia de agua a Sonora. Ellos demandan mucha agua y se sienten tan afectados por la sequía como los de Sonora. En el río Fuerte, hace mucho que se construyeron las presas Miguel Hidalgo, Josefa Ortiz y Huites, esta última se construyó en 1995. Pero con el agua disponible Sinaloa no construyó un acueducto hacia Sonora sino que amplió sus áreas de riego en el Valle del Carrizo.

Ciertamente, hace mucho se habla de la construcción del canal Fuerte-Mayo, que aparentemente se concluyó el año pasado 2023. Pero este canal no es para transferir agua a alguna presa de Sonora, sino solo para irrigar 16 mil hectáreas en la región de Masiaca, al extremo sur de Sonora. Está por verse todavía si aceptarán a hacer una transferencia efectiva de agua a las presas del sur de Sonora.

 

Tercer escollo: el trigo subsidiado

El proyecto fue concebido como infraestructura para la irrigación agrícola. Incluso en el sur de Sonora todavía se percibe este proyecto como para apoyar la agricultura. El problema es que el trigo es un cultivo subsidiado. El año pasado, los agricultores quedaron muy inconformes con el precio de garantía. El trigo compite con lugares que se riegan con nevadas y no requieren riego. En México no es algo que esté generando prosperidad en el sur de Sonora.

Con la creación del nuevo distrito de riego 018 de los pueblos yaquis, se considera que no hay agua suficiente para la ampliación del área de riego. En caso de construirse, el Plhino serviría para abastecer de agua a este nuevo distrito. Pero ¿sería para sembrar trigo?

Los tiempos han cambiado, ahora son las ciudades las que demandan agua. ¿Se reducirá la agricultura para apoyar a las ciudades? ¿Hasta dónde podrá llegar el agua de Nayarit? Si acaso llegara a Hermosillo, ¿Existe algún escenario viable para que Hermosillo considere satisfecha su demanda como para cederle agua por lo menos a Caborca?

Nicolás Pineda es investigador en políticas públicas.

 
 

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