Dinkys: Sin hijos antes de los 30
Redacción
Lunes 13 de Abril de 2009

El fenómeno DINK crece en México; las parejas argumentan razones como inseguridad, empleo y cambio climático para posponer el tener hijos


En las fotos de viajes hasta hoy aparecen sólo dos. Son Flor y Edgard; Roxana y Pepe; Vania y Héctor; Érika y Raúl, parejas por arriba de los 30 años, casadas o en unión libre, que a la fecha han decidido no tener hijos. Se les identifica como DINK, pero en México han sido rebautizadas como DINKY por su significado en inglés —Double Income No Kids Yet— esto es, aquellas parejas con un ingreso doble pero que han optado por no tener niños todavía.

Los DINKY están marcados por la crisis financiera, la inseguridad pública y laboral. Son mujeres y hombres que han postergado su paternidad por el deseo de proporcionarles a los hijos que no han tenido aún una excelente educación o servicios de salud de calidad. Según el Consejo Nacional de Población (Conapo), 8.6% de los hogares están formados por parejas sin hijos, es decir, 2 millones 408 mil hogares, que se traduce en 4 millones 816 personas.

La cifra está lejos del invierno demográfico de Europa, donde dos de cada tres hogares no tienen niños.

En México, el aumento de escolaridad en la mujer influye de manera determinante en el cambio de los patrones de desarrollo social, de acuerdo con Carlos Welti, economista, sociólogo y demógrafo del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

“Una de cada cinco mujeres con estudios de bachillerato o licenciatura decide ya no tener hijos, mientras que estos porcentajes son mínimos entre mujeres con menor nivel de escolaridad”, señala el especialista.

En general, los DINKY tienen estudios por arriba de licenciatura y consideran, por ejemplo, hasta las consecuencias del cambio climático como un factor para pensar en traer un niño al mundo.

“Más que una moda o pertenecer a algún grupo, el no tener hasta hoy un hijo se debe en primera instancia a la cuestión económica que estamos pasando y la inseguridad laboral, pues nos ponemos a pensar qué haríamos con un niño si nos corren de nuestro trabajo”, reconoce Roxana.

Han sido cuatro años en los que Roxana y Pepe, su esposo, han viajado ligeros de preocupaciones y de maletas, por diversas partes de la República Mexicana.

“Te acostumbras a no tener la responsabilidad de un hijo en momentos en que tienes que salir de viaje o que deseas divertirte en la noche sin la preocupación de con quién dejar a los niños”, agrega Roxana.

Las parejas DINKY apelan también a la conciencia y responsabilidad de tener un hijo en un México tan complicado. “Tener un bebé, y no darle lo que se merece, sería hasta cierto punto irresponsable; sabemos cómo está la situación como para no dedicarle el tiempo y lo mínimo necesario que requiere un bebé”, añade Pepe.

En hogares mexicanos como el de Roxana y Pepe, o en el de Flor y Edgard, existe un ingreso doble destinado a satisfacer las necesidades y gustos de la pareja. Para Flor y Edgard los estudios de maestría de ambos y el cambio continuo de ciudades de residencia, debido al trabajo de él, han sido dos factores determinantes para decidirse a posponer la paternidad.

“Aún no queremos la responsabilidad ni la obligación, tampoco tenemos la necesidad de ellos. Estamos muy felices así; si algún día decidiéramos tenerlos, pues bienvenidos, pero tampoco representarán una atadura para que dejemos de desarrollarnos como individuos”, dice Edgard.

En México, las parejas más que decidir no tener hijos, simplemente están retrasando la llegada de estos. Siete de cada 10 parejas planean tener hijos en un futuro, según un estudio hecho por la consultoría De La Riva Group. No obstante, existen parejas, en menores porcentajes, donde uno de ellos o los dos han elegido de manera definitiva no tener hijos.

“Tengo cinco años casada y 30 años, y no quiero hijos. Lo malo es que mi esposo empieza a presionarme. Hablamos y concluimos que es una decisión de vida la de tener hijos, es decir, no es algo como decidir de qué color pintar la casa; entonces, si no llegamos a un acuerdo, nos separaremos. ¿Suena trágico? ¿Es más trágico que él renuncie a su deseo de tener hijos o que yo los tenga si no los quiero? Estudio, viajo, soy libre y feliz y no siento ninguna necesidad de ser madre”, señala Nena.

“Son tantos los factores a considerar que a veces de tanto pensar te da miedo y ya no te animas, o simplemente tienes una comodidad que no quieres perder”, señala Roxana.

Para algunos especialistas, la sociedad tendrá que acostumbrarse cada vez más a estas nuevas relaciones cuyo objetivo de unión es desarrollarse como individuos, en un México donde algunas mujeres con mayor escolaridad deciden que la maternidad ya no es, necesariamente, su camino de realización.

No obstante, comenta Carlos Welti, la maternidad para la mayoría de la población femenina sigue siendo una opción, pues el porcentaje de mexicanas que al concluir su periodo reproductivo no tiene hijos no ha superado a lo largo del tiempo el 7%.

Los casos de Érika y Vania, con dos y un año de casadas, respectivamente, son ejemplo de la planificación de sus embarazos por motivos de la seguridad y el confort que desean ofrecer a sus hijos. Ellas quieren dejar de ser parejas DINKY hacia 2010. Érika lo tiene claro: “Para sobresalir como mujer debes ser madre, pues un hijo es el que te da el impulso para vivir, en momentos en los que ya nada te satisface”.

 
 

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