El elevado nivel cívico (¿?) del Congreso
Carlos MONCADA OCHOA
Miércoles 7 de Septiembre de 2022

El Congreso del Estado va a aprobar una reforma a la Ley de Educación para el efecto de que las niñas, al recibir su uniforme, no queden obligadas a usar falda, podrán escoger el pantalón. Se supone que con esta reforma les enseñarán, a temprana edad, qué es la libertad

Ya hay mecanismos que tutelan la libertad de expresión, la libertad de prensa, la libertad de votar, la libertad de viajar y establecer su domicilio donde al ciudadano le parezca, la libertad de asociación o reunión. Pero faltaba ésta para las niñas en edad escolar: la libertad de usar uniforme de pantalón o de falda.

Cuando crezcan y sean mayores de edad, tendrán consciencia de que están en libertad de vivir de acuerdo con el género femenino que Dios les dio o escoger otra forma de ejercer la sexualidad.

Todo lo que sea libertad, obtenida por medios legales, hay que aplaudirlo. Sólo que en este caso, las diputadas que promueven la reforma faltan a lo que tanto pregonan: la equidad de género. Están obligadas a ampliar la reforma a fin de que los niños y adolescentes puedan escoger uniforme de pantalón o uniforme de falda.

Así, cuando sean adolescentes o mayores tendrán conciencia de que se encuentran en libertad de vivir de acuerdo con el género masculino que Dios les dio o escoger otra forma de ejercer su sexualidad.

Me apena señalarlo, pero hay un problema que debe señalarse para borrar todo obstáculo a esta nueva forma de libertad. El gobierno del Estado tiene la obligación de proporcionar los uniformes gratuitamente y debe saber con anticipación cuántos serán con pantalón y cuántos con falda. Dado que los uniformes para este ciclo escolar ya se elaboraron, para el año próximo tendrá la Secretaría del ramo que realizar un censo previo entre los padres de familia para precisar cuántos quieren uniforme de niños para sus niñas y uniformes de niñas para sus niños, a fn de no gastar más de lo que se necesite.

Y aunque se gastara más, por la nueva libertad que promueven las diputadas no habrá que andar con mezquindades.

 

NO EN HUNGRÍA SINO EN POLONIA

Ayer dije, en este mismo espacio, que no sé gran cosa del escritor que ganó el Concurso de Novela Breve. Y como prueba de ello, les cuento que mi amiga Sylvia Teresa Manríquez me aclaró que el triunfador no se llama Mauro Ortega Rivas, como yo puse, sino Mauro Arturo, y que no está radicado en Hungría sino en Polonia.

Al menos en el dato geográfico no estuve muy equivocado, pues si uno llega a Hungría, sólo tiene que subir a Checoslovaquia, atravesarla y entrar a Polonia. ¡En el mapa se ve cerquita!.

carlosomoncada@gmail.com

 
 

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