El presidente municipal electo de Hermosillo, Antonio Astiazarán, del PRIANPRD, está impaciente para que se inicie el proceso de entrega-recepción con el alcalde (MORENA) y funcionarios que se van, para proceder a armar un programa de gobierno sobre bases realistas. Pero el alcalde no da signos de interés.
Se trata del maestro Fermín González, que como alcalde interino le cuida la tienda a Célida López, la alcaldesa saliente que intentó reelegirse y fracasó. Fue la suya una de las pocas derrotas de MORENA en el estado, y no lo quiere creer. Ha dicho que cómo es posible que su partido haya ganado la gubernatura, todas las diputaciones federales, 18 de las 21 diputaciones locales y casi todas las presidencias municipales y ella haya perdido. Y anda en los tribunales federales gestionando la anulación de los comicios o el cambio del fallo.
El caso de Hermosillo lo está viendo esta mujer como un drama, pero como sucede a veces a menudo en esta existencia contradictoria, la gente lo considera un vodevil. El drama es la obra teatral que impresiona y angustia al espectador, y el vodevil, la pieza ligera que lo divierte y lo hace reír.
La noche del 6 de junio, cuando Alfonso Durazo y demás compañeros de fórmula cantaron su triunfo en un mitin improvisado, la alcaldesa no sólo echó gritos de júbilo sino le dio vuelo a la cadera bailando grotescamente –los años no pasan en balde- un ritmo de carpa pueblerina.
Todo esto apenas da para una anécdota de chismosos, pero si el proceso de entrega-recepción se retarda, la masa de ciudadanos pagará los platos rotos pues quién sabe si se recabe el acuerdo necesario para que el nuevo Ayuntamiento comience a trabajar con información completa y fidedigna.
Supongo que González tiene instrucciones de su jefa de no iniciar la entrega para que no se crea que ella se raja y para que en el caso de que opte por tramitar un amparo contra Astiazarán no se lo rechacen con el argumento de que ha admitido el acto reclamado.
El caso es que ella no ha vuelto al cargo del que se separó con licencia y no lo hará, dice, mientras el más alto tribunal electoral no dicte un fallo definitivo. La raza, que se divertía al principio, comienza a bostezar. Es la señal de que ni como vodevil funciona ya el espectáculo.
¿YA VEN POR QUÉ LE DIJE QUE DEBERÍA SER DURAZO?
El gobernador electo fue recibido con visible gusto por el Presidente AMLO y demás compañeros de gabinete, y no sólo recibido sino escuchado. Uno de sus planes, contenido en el libro de propuestas “Sonora 2021”, para crear un parque de generación de energía solar, fue recomendado por el Presidente para su estudio. Me permito recordar que en 2011 la Universidad de Sonora, de acuerdo con la UNAM, instaló sobre la carretera que sale a Kino, un campo de helióstatos con esa finalidad. En 2013 el campo fue ampliado. No comenzaríamos, pues de cero, porque hay camino andado.
Y por otro lado, la comunidad guaymense ha despertado de un largo retardo pues advierte que son viables los programas diseñados para recobrar el antiguo ritmo de desarrollo. En México impresionaron.
Es feo y chocante preguntar: ¿No se lo dije? Pero ¿no es verdad que se lo dije?
carlosomoncada@gmail.com