Alimentos como el amaranto, la chía y el frijol yorimuni tienen un alto potencial nutritivo y componentes medicinales que son menospreciados en la dieta común de los mexicanos, afirmó el biotecnólogo Cuauhtémoc Reyes Moreno.

El frijol yorimuni, oriundo de Sonora, es poco consumido incluso en esta entidad pese a tener un importante concentración de nutrientes y compuestos como lectinas que son anticancerígenos, señaló el investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa quien participó en el Congreso Nacional de Biotecnología celebrado en el Itson.

Más conocido como ingredientes para tamales, el yorimuni tiene sabor un poco "agarroso", lo que inhibe su consumo, pero esto se quita fácilmente si se cuece con hueso, explica.

De hecho en la gastronomía popular de nuestra región era común el dicho "comadre, présteme un hueso poruqe voy a cocer frijol yorimuni".

Pese a tratarse de un cultivo que puede ser muy redituable, su producción es mínima y su consumo es reducido debido a políticas públicas alimentarias que prácticamente lo ignoran, añadió.

Sucede lo mismo con el amaranto y la chía, dos alimentos que además de ser sabrosos y nutritivos pueden ayudar en el combate de enfermedades como la hipertensión arterial y otros males cardiacos, comentó Reyes Moreno.

En la mesa de trabajo sobre "Tópicos alimentarios", desarrollada en el Congreso de Biotecnología, el investigador de la UAS expuso la necesidad de enriquecer la tortilla que consumen a diario los mexicanos con amaranto porque además de mejorar el contenido nutricional tiene propiedades antiescleróticas y antiinflamatorias.

Si una política pública obligara a preparar la masa de maíz con una porción de amaranto se estaría dando un paso muy importante para el desarrollo saludable de los niños mexicanos, pero se tiene miedo a invertir una cantidad de dinero que es muy poca comparada con la que se ha perdido por la corrupción, puntualizó.