En el mero día de San Juan, la gobernadora electa visitó Cajeme para agradecer a quienes votaron por ella y pues habría que presumir que el priismo de estas tierras aportó el 51 % de la ventaja para el triunfo del pasado 7 de junio (Baldenebro dixit).
Pero más que una verbena popular como se anunció, resultó una réplica de un evento electorero con el clásico “acarreo” de miles de pobladores del área rural, inflables para niños y su majestad La Brisa para entretener a los presentes.
Vamos, hasta el sindicato del IMSS, sección XIII, hizo lo propio para que pareciera más un acto de campaña, al mostrar una manta de felicitación a la fórmula priista, a la usanza de los tiempos del “carro completo”, ahora con sus nuevos modelos del Otro Sonora Ya!.
Y ahí estaba congregado el perfil de votante favorito del PRI, el de los necesitados, al que le cobran demasiado caro el atrevimiento de votar por el tricolor, tanto que cada campaña los utilizan para eventos masivos, pero siguen igual o peor en su economía.
Eso sí, los claudilleros, miembros de la agencia de colocación sexenal, se encargaron de repartir bolis y paletas, así como miles de botellas de agua de la marca Aurora, igualitas a las que se otorgan en los eventos del gobierno municipal… curioso no?
Mientras la candidata agradecía el apoyo a su campaña y gritaba con insistencia de “siempre hablaré con la verdad y no les voy a fallar”, la verdadera concentración no estaba alrededor del templete sino en las carpas instaladas para servir la comida. Hasta parecía un Mercadito Ganfer.
Entre la amenaza de lluvia, el apetito que ya apretaba a eso de las 8 de la noche, muchos de los asistentes optaron por hacer fila para recibir una orden de tres tacos dorados, que cenarse un discurso relleno de frases refritas y pues la dieta es la dieta.
La magdalenense lanzó varios vivas para despedirse y hasta al dios Tláloc le tocó:“ Y que viva la lluvia porque nos hace mucha falta”, expresó apurada Pavlovich, que evitó abordar el tema del acueducto, no le fuera a “llover en su milpita” por una declaración.
Los más agraciados se retiraron con su dotación de agua, jugos Frutsi, dulces y fritangas, que antes debieron disputar y los menos cargados de promesas que acomodaron en algún lugar de los camiones, pues si algo les sobró ahí fue espacio ante la escasa convocatoria.
Es la sombra del Ogro Filántrópico, esa figura que empleó Octavio Paz para definir al sistema político mexicano, que a base de populismo y autoritarismo, ha impedido la modernización de las formas de hacer política y por consiguientes, el desarrollo de esta nación. Es cuanto.