Quién ganó y quién perdió
José Amador González
Miércoles 10 de Junio de 2015

¿Quién gana y quién pierde después de estás elecciones?

Hace algunos días en una de mis redes sociales realicé una opinión generalizada de este proceso electoral; si bien es cierto estoy lejos de mi querida Cajeme he estado al pendiente de las noticias que fueron surgiendo antes y después de un complicado proceso electoral, sin olvidar la notoria guerra sucia entre los dos principales candidatos a la gubernatura del estado; sin lugar a dudas me he percatado que no fue algo exclusivo de Sonora, ya que estando en otro estado de la república te das cuenta que es una historia muy similar.

En lo concerniente a la mención referida, se las comparto a continuación: “Al final del camino no importa el color (del partido), sigue ganando el sistema político corrupto que tiene al país estancado y pierde la ciudadanía.. Sigue imperando las avaricias políticas, los poderes fácticos y sobre todo el abandono a los ciudadanos”.

Este parecer no esta en función a quién ganó en el estado o en el ayuntamiento, va en relación a lo que impera en lo largo y ancho del territorio nacional. Estamos inmersos en un sistema que no tiene pensado realizar un cambio “sincero/verdadero” en su estructura, ya que eso le ha dado de comer durante muchos años y para qué matar a la gallina de los huevos de oro.

Es impresionante ver como existe porcentajes bajísimos de participación ciudadana en el proceso electoral, se refiere aproximadamente de una participación de 47% del total del padrón electoral. Si hacemos una referencia general de los resultados, hablando de cámara de diputados, que al final de cuenta es donde se toman las decisiones sobre aprobar o no las iniciativas de leyes que plantea el gobierno federal, se estima que el partido que obtuvo la mayoría de curules, obtuvo el 30% de los votantes, que haciendo un análisis se puede estimar que es el 12% o 15% del padrón total, partiendo de estos datos (que son sólo estimados) ¿Cómo podemos hablar de una representatividad significativa del pueblo?

En la columna pasada se tocó el tema del voto nulo, las altas polémicas sobre ello y a lo largo de las redes sociales existieron diversas opiniones sobre el por qué si y por qué no del voto nulo. Los detractores de este movimiento mencionaron que era “mejor” realizar el “voto castigo” para demostrar la inconformidad ante la administración existente.

Sin embargo, el análisis tiene que ir más allá de la simplicidad de “castigar” a un partido o al otro. ¿Cómo decido a quién darle ese voto castigo? En teoría tendremos que privilegiar esta premisa a un partido/candidato que represente un cambio a lo ya existente en la administración o representante en turno, alguien que pueda realizar algo distinto a lo de siempre ¿Quién podría estar en esa posición?

La “lógica” nos tendría que decir que se le otorgara ese voto castigo a un partido que representase una oposición real al régimen actual. El cuestionamiento sería ¿Existe una oposición real en este país? O nos estamos orillando a regalárselo al menos “PIOR”. Hice mención el también sobre la posición de un analista político en la cual insinuaba que era mejor: “poner la ambición de un político corrupto contra la ambición de otro político corrupto”  y al final del camino eso es lo que sucedió en muchos sectores del país.

Ejemplos de esto es el manejo que ha tenido el partido verde a lo largo de estas elecciones, violaciones constantes de la ley electoral, multas al por mayor (que de ser pagadas es con dinero público, y digo “de ser” porque el tribunal se cansó de no validar las sanciones), hasta el utilizar a personajes del medio artístico y futbolístico para hacer proselitismo el mismo día de las elecciones y claro ¿Cuál fue la reacción de su presidente? Pues que ellos se deslindan de esos acontecimiento pero que “agradecen el apoyo” ¿Y nosotros aún nos chupamos el dedo?

Entonces ¿le otorgamos el voto castigo al PVEM? O quizá a otro partido “chico” para que pueda mantener el registro, pueda seguir sobreviviendo y aprovechándose del erario público por lo menos otros tres años. Si al final de cuentas le otorgas el voto y sigue siendo parte del mismo show mediático que parece la cámara de diputados. Todos se ponen de acuerdo para no salir perjudicados sin importar el impacto que tengan esos acuerdos a la comunidad mexicana. Y para muestra sólo un botón, cómo se unieron los tres partidos “grandes” para aprobar leyes que no han tenido un beneficio a la sociedad y acá podemos entrar en “Si, es verdad no han tenido ningún impacto pero es un proyecto a largo plazo, en un futuro cercano se verán reflejado en los bolsillos de los mexicanos las ventajas de estas leyes” Y nunca se han puesto de acuerdo para reducir la cantidad de diputados, senadores o una disminución del salario de ellos y otros funcionarios públicos, ese tema ni lo tocan porque ahí si tiene un impacto directo a sus bolsillos y esos mis queridos lectores si importa, son pequeñeces hablar del  aumento al salario mínimo para los mexicanos, eso si que implicaría un fuerte desbalance a la economía mexicana.

Cabe mencionar que los partidos políticos tienen bien claros sus objetivos cada proceso electoral; digamos que los tres “grandes” están enfocados a ganar la mayor cantidad de representantes para así formar mayorías en las cámaras y en las administraciones gubernamentales, alcaldías, etc., lo cuál es directamente proporcional al “poder” que vayan a tener a lo largo de las administraciones. Otros partidos, como el Verde tiene como objetivo seguir posicionándose en la estructura política y realizar alianzas que le brinden “poder” dentro de la esfera gubernamental. Los partidos como el PT, MC, PANAL, etc., buscan seguir manteniendo el registro, ya que como estructura política siguen sin realizar una verdadera propuesta para crecer y jugar un papel más activo en la decisiones. Ahora tendremos que ver cuál será el papel de Morena en este carrusel político.

Ahora, quedará a un análisis detallado y profundo del desarrollo político de Morena al posicionarse como la cuarta fuerza política del país, quedando a un pequeño porcentaje del PRD.  Y menciono a Morena porque en apariencia se plantea una propuesta de una verdadera oposición al sistema político actual, ahora hay que empezar a definir si verdaderamente va realizar un papel no sólo para combatir al sistema sino para proponer nuevas alternativas para tener un impacto directo en la sociedad. Es cierto que se habla de una representación aproximada de 37 diputados y aunque en apariencia no tendrá una injerencia mayor en las decisiones de la cámara, si desarrolla una buena participación podrá encausar una estructura sólida que le pueda servir en futuros procesos electorales.

A su vez, será también sujeto de este análisis el papel que desarrolle el gobernador electo de Nuevo León, el Sr.  Jaime Rodríguez Calderón mejor conocido como el Bronco. Creo que podría marcar un parámetro importante para futuras elecciones para las candidaturas independientes, ya que de realizar un gobierno adecuado, limpio y transparente, podría abrir las puertas de manera impresionante para otros ciudadanos interesados a participar en los procesos electorales sin ser parte de las estructuras de los partidos políticos.

Tanto Morena como el Bronco tienen en sus manos la posibilidad de cambiar muchas pautas del sistema político actual y de la estructura social de nuestro país. Esperemos que al final de este periodo no se este hablando que término siendo más de lo mismo. Por nuestra parte, como ciudadanos, aún tenemos un reto mayúsculo al tener en nuestras manos el cambio de lo de “siempre”, no es suficiente quejarnos ya es hora de empezar a actuar.

En una charla con una buena amiga me compartió una visión sobre la oposición en México, parafraseándola mencionaba que la oposición real es la ciudadanía y no sólo realizando interacciones en las redes sociales, no existe la oposición porque la ciudadanía no quiere que exista, estamos más “cómodos” viviendo quejándonos y en la sobremesa plantear todo esto, que tener la iniciativa de actuar dentro de una causa social. Las revoluciones se han hecho por personas que realmente desean que haya un cambio y no sólo se viven quejándose de lo que pasa en el país.

Esta premisa me hizo reflexionar, ya que comparto ampliamente la visión que me comunicó, aunque debo de sincerarme y no veía todo el panorama como ella me lo planteó. Le mencioné que si bien es cierto en una sobremesa o en las redes sociales no se ejercerá un cambio total, si puede ser el iniciador para poder actuar dentro de una causa social. Va ser determinante que muchas personas puedan compartir esta iniciativa y así poder realizar un cambio verdadero en el país.

Soy de los ciudadanos “románticos” que aún con todo lo que estamos viviendo en nuestra sociedad, nuestro sector político, nuestras instituciones, existe una posibilidad de que las cosas cambien pronto.











 
 

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