Peligra la tregua
Indigo, No. 40
Martes 03 de Julio de 2007
La reunión de los nueve principales líderes del narcotráfico en México, en medio de la guerra más cruenta de todos los tiempos que comenzaba a tener el ritmo de muertos que en Irak -más de 210 al mes- parecía algo impensable.
Sí, pero al parecer el negocio es el negocio. Y los capos consumaron una junta a principios de junio y acordaron un pacto de no agresión.
Ahí habrían estado Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, “Tony Tormenta”; Enrique Lazcano Lazcano “El Lazca” e gnacio “Nacho” Coronel Villarreal.
También Eduardo Arellano Félix, Vicente Carrillo Fuentes, Juan José Esparragosa, “El Azul”; Ismael Zambada García, “El Mayo Zambada”; Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo Guzmán” así como Arturo y Héctor Beltrán Leyva.
La tregua habría sido alentada por un alto funcionario del gobierno federal con la promesa de que no habría persecución para nadie si había alto al fuego.
El móvil de la reunión, según informaron fuentes de inteligencia nacionales a Reporte Índigo, fue que el gobierno federal tenía un reporte de que el alto índice de violencia en el país comenzaba a golpear de manera severa la inversión extranjera, un hecho que de continuar podría provocar quebrantos en economía nacional.
Por parte de los narcotraficantes, la motivación fue que la cruenta guerra comenzaba a costarles mucho dinero y muchas bajas.
Los capos de Colombia comenzaron a dudar si sus contrapartes mexicanos seguían siendo confiables, mientras se mataban entre sí y atraían cada día más los reflectores del gobierno y la opinión pública.
Y de acuerdo a los informes, los envíos de cocaína comenzaron a disminuir.
Los que saben del encuentro afirman que la tregua es frágil. Apenas acaba de nacer y podría estar a punto de morir.
La reciente detención de Luis Reyes Enríquez, alias “El Rex” o “Z-12”, fundador de los Zetas, en Atontonilco El Grande, Hidalgo, mientras asistió a una boda en el lugar, podría romper el pacto y reiniciar la frenética guerra entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo.

Los fallidos intentos
Desde los primeros meses del año, los narcotraficantes intentaban establecer una tregua.
Así lo publicó Reporte Índigo hace 9 semanas, en un artículo llamado “La Tregua Fallida”.
El artífice del frustrado acuerdo habría sido Juan José Esparragoza, alias “El Azul”, uno de los narcotraficantes más viejos del país y a quien autoridades de Estados Unidos ubican como el “peace maker”, según revelaron entonces funcionarios de primer nivel del gobierno federal.
“Nosotros no queremos ningún trato directo con ellos por traidores” fue la respuesta contundente que los Zetas dieron al viejo capo. Y entonces amenazaron con tomar las plazas de Sinaloa y Jalisco, bastiones medulares del Cártel de Sinaloa.
“Todo el territorio que nosotros tenemos lo hemos ganado a sangre y fuego, sin el apoyo del anterior gobierno federal y que a ellos (el Cártel de Sinaloa) los beneficiaron desde la cúpula de la AFI (Agencia Federal de Investigaciones comandada por Genaro García Luna) y de la SSPF (Secretaría de Seguridad Pública Federal, cuyo titular era Eduardo Medina Mora), y ni así han podido hacernos nada”.
Afirmaron que los acercamientos de “El Azul” fueron a través de un Agente del Ministerio Público Federal, aunque no revelaron su nombre.
Coincidentemente, después de la fallida negociación, se recrudeció la violencia en Sonora, Sinaloa, Baja California, Veracruz, Guerrero, Quintana Roo, Michoacán y Nuevo León.
Llegando el 16 de abril pasado al récord de 22 ejecutados en un solo día. “El asunto es que antes o en el sexenio pasado, nada más reconocían al cártel de Sinaloa pero la realidad es que existen dos cárteles el del Golfo y Aliados, y el de Sinaloa”, habrían señalado Los Zetas.
Otra de las razones que podrían haber orillado a la presunta tregua entre los narcotraficantes, es el reacomodo de fuerzas.
De acuerdo a integrantes del Cártel del Golfo, la llamada “La Federación”, que fue la uinificación de los cárteles de Sinaloa, Juárez y del Milenio, pactada en el inicio del sexenio foxista, se terminó.
Y además se habría dado una escisión clave. La presunta salida de Ignacio “Nacho” Coronel Villareal del Cártel de Sinaloa, quien habría sido traicionado por “El Chapo” Guzmán.
De acuerdo a la información gubernamental, Vicente Carrillo Fuentes dejó “La Federación” y se alió al Cártel del Golfo, quien ya contaba con la alianza de los Arellano Félix en Baja California.
Además, el Cártel del Golfo había podido cooptar al grupo de “Los Números”, en Sonora, lo cual se evidenció en el operativo realizado en Cananea el 16 de mayo pasado en el que un comando llegó a secuestrar y asesinar a cinco policías municipales y a dos civiles.
También habrían logrado aliarse con “Los Güeritos”, que son quienes controlan la plaza de Guadalajara, y habían sido parte del Cártel de Sinaloa.
Esto había restado fuerza al Cártel de Sinaloa, comandado por el Mayo Zambada y por “El Chapo” Guzmán.
En la guerra entre los dos Cárteles, según afirman fuentes de primer nivel, el Golfo habría quintuplicado su territorio.
“Tenían la quinta parte de lo que tienen ahora”, se señala. Por ejemplo, ahora tienen una gran presencia en Michoacán, Jalisco y Guerrero.
La alianza entre el “Mayo Zambada”, “El Azul”, “El Chapo” Guzmán, los Beltrán Leyva y el Cártel del Milenio, se mantiene en pie.
El acuerdo
El pacto de no agresión presuntamente hecho por los jefes de los cárteles, a principios de junio pasado, se habría concretado en dos reuniones.
Una realizada en el norte del país en el territorio del Cártel del Golfo, y la otra en la Ciudad de México.
El acuerdo inicial, supuestamente realizado a petición expresa de un alto funcionario de la administración de Felipe Calderón, es el cese de la violencia.
“El gobierno quiere su ayuda y él los va a ayudar”, fue el mensaje. Y en ello iba implícita la tregua de todos con todos, incluyendo el Gobierno Federal.
Respecto al territorio avanzado por cada cártel, se habría acordado que se respetaría ese avance.
En las plazas donde comparten territorio se respetarían. En las plazas donde tengan hegemonía, se pagará el derecho de piso para el trasiego de droga. Como se hacía antes.
Los problemas entre la banda de los Arellano y Sinaloa vienen cobrando vidas desde hace muchos lustros.
Pero la guerra del Cártel del Golfo contra el de Sinaloa inició a principios del sexenio de Vicente Fox, por traiciones, invasión de plazas y asesinatos. Y se recrudeció con la presunta protección al Cártel de Sinaloa ofrecida desde el gobierno foxista.
Las fuentes consultadas señalaron que la guerra empeoró a principios de este sexenio, cuando el Cártel del Golfo y sus aliados detectaron que funcionarios contra quienes hacen acusaciones de proteger al Cártel de Sinaloa, se mantuvieron en los altos mandos del nuevo gobierno, muchos de ellos incluso con mayor jerarquía.
Informaron que oficinas del Gobierno de Estados Unidos relacionadas con el caso, rastrean los pormenores de este presunto pacto con el que no estarían de acuerdo.
 
 

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