No fue el llamado al boicot que hicieron los opositores, tampoco el desencanto de los acordeones, ni siquiera el exceso de observadores registrados. Fueron el desconocimiento que casi la totalidad de los electores tenían de los candidatos, de los cargos a los que éstos aspiraban y la dificultad para discernir entre decenas de nombres que aparecieron en las nueve boletas entregadas a cada elector, esto fue lo que opacó la primera elección judicial en Cajeme.
Y por si fuera poco la indiferencia abstencionista, una lluvia copiosa se sumó para desalentar a muchos.
Sin embargo nada impidió brillar al personal del IEE y el INE, a cientos de ciudadanos que colaboraron como funcionarios de casilla, a las personas que llegaban de una en una para emitir su votos.
Al final lo que ellos votaron debe ser lo que cuente e influya en la administración de la justicia durante los próximos años. Aun con los errores, las dudas y las imperfecciones del sistema judicial, valió la pena este primer ejercicio.
Lo que sigue es la decisión del sistema político no solo de respetar sino también de hacer valer la elección ciudadana.
Este lunes, cuando empiecen a conocerse los primeros resultados, será la jornada decisiva para calificar la elección.