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Una fisura se abre en la base social de AMLO y puede crecer a niveles insospechados si persisten las causas que la ocasionaron.
Esta fisura es una amenaza real al poder del tabasqueño y no ha sido provocada por la oposición partidista, élites económicas o medios de comunicación "fifís". El daño proviene de su estructura de gobierno, en particular el sector educativo, y los daminificados son miles de jóvenes docentes que ven cómo se esfuman sus sueños de hacer una carrera magisterial y tener un empleo digno y con amplio sentido social.
En los cuatro años de la actual administración federal se han recortado de manera excesiva las plazas de tiempo completo para los recién egresados de las normales del país. Las opciones laborales que les ofrece el sector educativo son unas cuantas horas sueltas en escuelas muchas veces alejadas de sus lugares de origen por lo que su magro ingreso no alcanza para pagar habitación, alimentos y otros satisfactores básicos, menos aún cuando tienen una familia.
Además son empleos temporales. Las horas de clase asignadas pueden pertnecerles un semestre o un año y después se las quitan para asignarles otras en una lugar distante.
Discriminación
Cada año acuden a la Secretaría de Educación en Hermosillo cientos de jóvenes docentes ansiosos por conocer el número de horas clase que impartirán y el plantel donde deberán presentarse, puede ser cerca de casa o, lo más probable, lejos de allí.
Los burócratas de la Secretaría los reciben con frialdad y sin mediar explicación les asignan horas clase que pueden ser menos de las que tuvo el docente el semestre anterior y si protesta la respuesta es invariablemente la misma: Las tomas o las dejas. Dejarlas significa renunciar al trabajo por un año y con el riesgo de ser penalizado laboralmente por no aceptar lo que se le ofreció.
Adriana egresó hace cinco años de la escuela normal y desde entonces ha sido enviada a diferentes ciudades a impartir horas sueltas o realizar suplencias, pero hasta hoy no tiene el "privilegio" de un trbajo de base.
Dice que una vez se quejó por las pocas horas que le asignaron y la respuesta del burócrata de la Secretaría fue: "Puedes acompletar tu ingreso con un trabajo en el Oxxo".
En términos similares son tratados muchos compañeros suyos con los que comparte cada año la incertidumbre de saber si tendrán un trabajo digno o seguirán siendo tratados con la discriminación que hoy padecen.
No es el mismo trato que le dan a los jóvenes recomendados por un dirigente sindical, un diputado o un funcionario de gobierno. Para ellos hay todas las facilidades, aunque son unos cuantos comparados con la mayoría de docentes de reciente ingreso.
A nivel nacional
Esto ocurre en Sonora. Hace unos días se manifestaron públicamente varios docentes jóvenes hartos de la inseguridad laboral y del trato que reciben en la SEC.
Sucede lo mismo en otros estados, como puede verse en los grupos de chat donde maestras y maestros comentan sobre el lugar lejano a donde fueron asignados y de otras anomalías que configuran una inseguridad laboral sistémica.
Así va creciendo una inconformidad justificada en un sector social cuyo apoyo es imprescindible para contender electoralmente. Fue el de los maestros uno de los gremios más determinantes en el crecimiento político del opositor Andrés Manuel López Obrador y en su posterior triunfo en la elección presidencial.
Los docentes no sólo aportan su voto, también son promotores eficientes del voto en las comunidades donde laboran.
Pero el resentimiento que van acumulando miles de jóvenes docentes hoy laboralmente maltratados por el sistema educativo oficial puede ser un detonante en contra de AMLO y sus candidatos.
Es este sector gremial un pasto seco que se sigue extendiendo y sobrarán los opositores que traten de prenderle fuego.
