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Caminar o correr alrededor de la Laguna del Náinari es una de las actividades más reconfortantes para los miles de cajemenses que visitan este lugar.
Sin embargo en el trayecto surge de repente el detalle desagradable del excremento de las mascotas que llevan a pasear personas irresponsables que no hacen el menor esfuerzo por levantar la suciedad en una bolsa de plástico, como debe ser, y echarla en un contenedor de basura.
Adriana López, gerente de la Inmobiliaria Náinari, llama la atención sobre este aspecto que, dice, no debe corregirse con sanciones sino con un sentido de responsabilidad y educación por parte de los dueños de mascotas.
La administración de la Laguna no tiene facultades para imponer sanciones a los dueños de las mascotas ni a quienes tiran envases y basura de todo tipo en el andador de la Laguna. Tampoco pueden sancionar a los ciclistas que sobrepasan la velocidad prudente en el circuito, de manera especial en el área de las vendimias, donde todos los fines de semana caminan multitudes expuestas a ciclistas imprudentes.
Adriana López señala la necesidad de erradicar este tipo de conductas nocivas, tanto de los dueños de mascotas como la de quienes tiran basura.
Otro aspecto importante, el de la seguridad, ya se ha reforzado con cuatro policletos que recorren de manera permanente toda el circuito de la Laguna durante los fines de semana.
Es el único paseo popular que tiene Cd. Obregón y no puede dejarse en manos de los depredadores humanos que dañan el medio ambiente, eso sí, muy bien vestidos con su ropa deportiva o prendas de última moda para llamar la atención.
