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Llamadas por teléfono de línea a toda hora nos traen el anuncio de una nueva barbaridad cometida por Alfonso Durazo. o el cataclismo que vendría con un triunfo morenista el próximo domingo.
La voz al otro lado de la línea se identifica como representante de una casa de encuestas, si tiene nombre en inglés mejor, por ejemplo "Mass comunication research" o algo así.
El vacío informativo de la veda electoral lo ocupan las campañas negras de todo tipo que este año tienen un objetivo común: El candidato Durazo y su partido.
La obligación legal de no difundir propaganda ni cualquier otro tipo de información política relacionada con las elecciones es para los medios de comunicación formales que cada vez ocupan menos espacio en la atención de las multitudes, enfocada hacia los rumores de redes sociales y la información de medios digitales.
En medio quedan las insistentes llamadas por teléfono con sus encuestas tendenciosas de última hora. Una voz anónima nos indica: "Marque 1 si va a votar por Ernesto "El Borrego" Gándara (aquí la voz es pausada), marque 2 si lo hará por Alfonso Durazo (la voz toma prisa), 3 por Ricardo Bours..."
Las campañas negras están fuera del control de las instituciones electorales y llegan a miles de hogares a través del teléfono de línea. Están dirigidas, como es costumbre, contra el candidato que se considera más peligroso para el que paga la campaña o de plano es el rival puntero a quien hay que disminuir a punta de rumores o verdades manipuladas.
"Si usted decidió votar por Alfonso Durazo, ¿sabía que el prestigiado periodista Carlos Loret de Mola publicó una investigación donde se exhiben las propiedades millonarias que tiene el candidato de Morena?".
"¿Cómo cree usted que Durazo obtuvo estas propiedades cuando ganaba 70 mil pesos al mes? Marque 1 "porque es una persona con grandes habilidades financieras"... Marque 2 "porque es un corrupto..."
Uno cuelga y en pocas horas ya está otra llamada: "Polling Comany le pide dos minutos de su tiempo para responder esta encuesta...".
La misma cantaleta y después otra llamada: "Coppel le recuerda que tiene un adeudo...". Pero esto ya es otro cantar.
