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El asesinato de Agustín Valdez, miembro de la guardia tradicional de Loma de Guamúchil, ocurrido el pasado sábado ha desencadenado una serie de hechos violentos en ese pueblo de la etnia yaqui que hoy es territorio en disputa por grupos delictivos, situación que ha obligado a levantar el bloqueo carretero "de cuota" establecido desde hace dos años.
Después del crimen del sábado se registró la aparición de una cartulina que tenía escrito un "narco mensaje" dirigido a las autoridades tradicionales por uno de los grupo en conflicto.
La mañana de hoy martes se registró en la Loma una balacera protgonizada al parecer por dos grupos rivales y donde resultó herido un hombre por arma de fuego.
El enfrentamiento ocurrió cerca de la escuela primaria del lugar y la víctima, quien recibió un balazo en el pie izquierdo, fue identificado como Emmanuel (47).
Posteriormente hubo una movilización de unidades de seguridad pública en el área pero hasta el momento no se tienen informes de algún resultado.
Asi, la violencia interna en las comunidades yaquis sigue creciendo, primero con episodios atribuidos a "huachicoleros" y ahora con grupos del crimen organizado.
El miedo y la zozobra se han apoderado no sólo de esta comunidad sino también de las otras que conforman el pueblo tradicional yaqui de Cajeme: Cócorit, Estación Corral y Tajimaroa, por cuyas brechas y caminos recomiendan los vecinos no transitar.
Esta problemática es una realidad percibida y sufrida por la gran mayoría de los habitantes de la etnia que ven como sigue creciendo en el interior de sus comunidades la delincuencia organizada sin que una autoridad se atreva a intervenir.
Esto ocurre apenas a unos días de que el Gobierno Federal anunciara nuevos acuerdos con la etnia, como la construcción de un acueducto, la instalación de una clínica del IMSS en territorio yaqui y otros proyectos sociales que en nada servirán para frenar la ola de violencia que hoy castiga a los yaquis.
