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Amontonadas en la explanada del Gimnasio Municipal de Navojoa cerca de 5 mil personas asisten al mitin de cierre de campaña del candidato a gobernador Borrego Gándara alias "Ernesto".
Aquí los protocolos de salud anticovid son letra muerta, una más de las normas sociales que los políticos en turno están dispuestos a violar si estorban a su afán por ostentarse populares, queridos por el pueblo al que colman de elogios y promesas cuando faltan unos días para la elección.
Sonora está en el semáforo verde de la pandemia pero con un alto riesgo de regresar al amarillo, como lo advierte el Secretario de Salud, correligionario del candidato priista.
Pero ellos no son los únicos. Enfrente están los morenos de Durazo felices por llenar las plazas de gente al parecer entregada a su candidato.
Hace una semana, en el barrio de La Ladrillera, el candidato Durazo habló casi una hora ante más de mil personas reunidas en el pequeño espacio de una calle cerrada para el mitin. Los cuerpos sudorosos, casi pegados, de cientos de personas, entre ellos una familia completa sin cubrebocas, son motivo para la sonrisa triunfal de los organizadores. De aquí al Palacio de Gobierno sólo hay un paso.
Y hasta los independientes que presumen de puritanos también hacen lo suyo. Rodrigo Bours ya anunció su cierre de campaña amenizado por el grupo más popular del momento, La Brissa que al ritmo de "La colaless" atraerá sin duda a varios miles de personas y la alegría popular iluminará al candidato y a los organizadores del evento.
Los candidatos y los partidos, de dulce, chile y de manteca, se desviven por demostrar quién es el más querido por la masa de electores que los rodea. Los partidos fuertes arman estas exhibiciones de irresponsabilidad en medio de la pandemia. Los débiles no lo hacen porque no tienen los recur$o$ necesarios.
En la lucha por el poder la razón sucumbe ante la ambición. Antes del inicio de campañas se sugirió a los contendientes no hacer grandes concentraciones de personas para evitar los riesgos de contagios.
No era necesario darles muchas explicaciones. La brutal realidad de la pandemia, que sólo en Cajeme ha cobrado más de mil vidas en un año, debería haber sido suficiente para que la clase política actuara con más responsabilidad.
Basta con mirar los noticieros donde se muestran los fuertes rebrotes y la persistencia incontrolable de la pandemia no en India o algún país pobre, también en la rica Europa, Japón y otras naciones que han sido golpeadas de nuevo por el covid-19 cuando creían tenerlo controlado.
Ningún argumento es válido. La satisfacción de los operadores políticos borra de un plumazo a las miles de famillias que han perdido un ser querido víctima de la pandemia, el sufrimiento de quienes han sobrevivido a los efectos más dolorosos de un contagio, al personal de salud extenuado en la primera línea de combate, la amenaza de nuevos rebrotes.
La ambición está desatada y lo único importante es triunfar en las próximas elecciones.
Qué responsabilidad o atributo moral podemos esperar de estos candidatos cuando algunos de ellos tomen el poder?
