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Lalo el rebelde, el agricultor que alzó la voz fuerte desde el primer día contra el acueducto, Lalo el opositor a cualquier negociación con el gobierno de Claudia Pavlovich que dejó pasar el agua del Yaqui a Hermosillo, el que dijo "No" a sus propios compañeros del Distrito de Riego cuando no estaba de acuerdo con ellos.
Es el mismo Eduardo Flores Moreno que hoy lucha como candidato por la diputación federal de Cajeme y lo hace como ciudadano, no como político, con los mismos gestos de rebeldía:
"Quiero representar a la sociedad, no tengo padrino político que me vaya a imponer decisiones cuando esté en el Congreso, por eso acepté ser candidato, porque soy fiel a mis ideas antes que todo", asegura ante los reporteros que acuden a la primera rueda de prensa formal de su campaña.
Y en su discurso expone los temas centrales de su propuesta, la necesidad de crear leyes para proteger a las mujeres, las gestiones de un mejor presupuesto para Sonora y Cajeme, la creación de oportundidades que necesitan los jóvenes en este Cajeme que parece ir de mal en peor.
"Sólo basta con ver a Hermosillo, parece ciudad de otro país o estado si se compara con Cd. Obregón, aquí ni siquiera hay los trabajos que necesitan los jóvenes para quedarse, por eso tienen que emigrar", y menciona a sus dos hijos que debieron irse en busca de mejores oportunidades.
Hay muchas razones para el descontento: la disputa por el agua, la reducción de los presupuestos oficiales, el fracaso de la seguridad pública:
"Cómo vamos a atraer más inversiones si en el Google le das click a Cajeme y lo primero que aparece es que una de las ciudades más violentas".
Pero también hay razones para el optimismo, tareas pendientes y proyectos que podrían componer el escenario. Desde la Cámara de Diputados se puede aportar a la transformación de Cajeme, asegura el candidato.
