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Una crisis de epilepsia en el momento en que presentaba su declaración en la Fiscalía General de Justicia del Estado fue decisiva para que Jesús E. recuperara su libertad tras permanecer dos días encerrado en una celda.
Esta crisis fue similar a la que tuvo en el camión donde el pasado viernes se agarró de un niño, reacción natural en esta enfermedad, y por la que fue golpeado y detenido.
Sólo que ahora en su declaración el impulso de la crisis lo hizo agarrarse del abogado que estaba a su lado, lo cual confirmó su problema de salud y por lo tanto su inocencia en el delito que se le imputaba.
Según dijeron las autoridades a la familia el pasado viernes, poco después de la detención, Jesús había sido evaluado por un médico quien al parecer no reconoció la enfermedad. Sólo ahora que ocurrió la crisis, hasta entonces se admitió la naturaleza del problema.
Jesús E. ya está libre, pero con las heridas causadas por los golpes que le propinaron el chohfer y los pasajeros del camión, con el trauma de haber sido vejado por los policías que lo detuvieron y con la frustración de que algunos de los medios informativos que lo lincharon públicamente no ofrecieron la disculpa obligada.
