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No es la primera vez que los vecinos de la calle Ponciano Arriaga, entre Tabasco y California, colonia Constitución, hacen la denuncia pública del grave problema que tienen con la fuga y estancamiento de aguas residuales en su sector.
El problema surgió hace ya varios años, tal vez desde que la infraestructura hidráulica subterránea cumplió su vida útil y las aguas negras afloraron en la calle y en las casas de los vecinos.
Luego vino la repavimentación de la calle California, donde la empresa encargada dejó la carpeta más alta en la confluencia con la Ponciano Arriaga, así el desnivel propició que el agua se estanque en ésta última y no pueda fluir su curso natural hacia el poniente.
Apenas llueve o se colapsa algún tramo de tubería subterránea, el problema regresa y con él las protestas de los vecinos, los empledos municipales que con máquinas succionan los charcos y las promesas de que algún día, quién sabe cuándo, esto se va a arreglar.
