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Después de sobrevivir a los embates feroces de la Guerra Sucia, los exguerrilleros luchan ahora contra un enemigo implacable: El olvido.
Sentados frente a los reporteros exponen una versión resumida de aquellos sucesos, ocurridos hace 50 ó más años, cuando un vigoroso idealismo los llevó a tomar las armas para intentar un cambio revolucionario como el aún fresco e inspirador que se vivía en Cuba, cercano en la geografía pero muy lejos de la realidad mexicana.
De esa época vivida en el México de los años 60s y 70s rescatan nombres, experiencias que los marcaron para siempre y hechos infames cometidos por personajes siniestros aún impunes.
Aquí están los exguerrilleros José Luis Alonso, María de la Luz Aguilar, José Luis Moreno, Enrique Téllez y otros que se afanan por mantener viva la memoria de quienes murieron en enfrentamientos armados o fueron desaparecidos por las Brigadas Blancas que comandaba Miguel Nassar Haro, el brazo armado de Dirección Federal de Seguridad (Secretaría de Gobernación).
Aquí están los exguerrilleros que sobrevivieron a las penurias de la clandestinidad, al desprecio de las buenas conciencias que los llamaron comunistoides asesinos, a las noches de pesadilla donde cada sombra puede ser el disfraz del enermigo que acecha.
María de la Luz relata el sufrimiento de la mujer embarazada que torturaron los agentes del gobierno, la madre cuyo bebé fue encañonado con una arma para que ella lo viera, historias de terror como la de los hombres que desde avionetas eran lanzados vivos al mar y los muertos en la tortura.
Ni los años transcurridos ni los cambios sociales y la indiferencia de las generaciones actuales han podido vencer a estos exguerrilleros(as) que escriben libros, publican revistas, editan libros, construyen la memoria que mantiene vigente estos episodios de la historia contemporánea de México.
En el presente mantienen invicto su idealismo sin distanciarse de los problemas actuales del país que hoy por la vía pacífica aún sueñan cambiar.
