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“No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, “el funcionario tiene que aprender a vivir en la justa medianía, nada de lujos”, fustigaba de nuevo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su visita por el municipio de Etchojoa, cuyos niveles de pobreza le dan identidad.
Sin advertir que en el presídium, apenas a unos metros, se encontraba sin “querer queriendo” otro blanco de sus críticas: el alcalde morenista Jesús Tadeo Mendívil, que con dinero público adquirió una lujosa camioneta de más de un millón de pesos, la Dodge Ram Limited 1500.
En su discurso, luego de alardear los ahorros que ha tenido el gobierno federal al aplicar medidas de austeridad, un cándido AMLO celebró que “ya no hay avión presidencial”, pero nunca se refirió a los excesos como los de su anfitrión, un empresario agricultor.
¿Cuánto tiene, nada más para tener una idea, cuánto tiene Etchojoa de presupuesto al año?, preguntó López Obrador, mientras miraba hacia los miembros del presídium y recibió como respuesta que era de 130 millones de pesos.
“Estamos hablando como de 50 años del presupuesto de Etchojoa, nada más la caja de ahorro de los altos funcionarios públicos; o seis mil millones, repito, era lo que costaba la atención médica para los altos funcionarios públicos, medio siglo del presupuesto de Etchojoa”, comentó admirado.
“Todo eso es lo que se acabó, lo que se terminó, esos privilegios”, insistió AMLO, quien minutos antes escuchó de una compungida gobernadora Claudia Pavlovich, muy proclive a la ostentosa y frívola industria de la moda, la necesidad de apoyar a los mayos.
“La gente de Etchojoa, que quiero decirle que es la gente que más requiere de nuestro apoyo. Etchojoa, como bien lo sabe su presidente municipal, es un municipio con muchas carencias, el municipio, diría yo, que más carencias tiene a nivel estatal”, afirmó.
Como suele pasar entre los integrantes de la clase política, solo ven la paja en el ojo ajeno y no la viga propia o bien se tapan los unos a los otros. La fingida austeridad también tiene cabida en la 4T, pese a los discursos triunfalistas de “ya sabes quién”.
