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“El que se arrodilla para conseguir la paz, se queda con la humillación y con la guerra”. Winston Churchill.
Bastante se ha escrito, y especulado, que las organizaciones delictivas o más bien el crimen organizado, está infiltrado en los altos niveles de gobierno; quedando estos últimos, sojuzgados (sometidos) a los intereses de aquellos. No desde ahora, sino de mucho tiempo atrás.
Lo sucedido el día 14 de este mes, en el Municipio de Aguilillas, Michoacán; donde en una emboscada fueron masacrados 13 elementos de la policía de ese Estado, por presuntos miembros de una de tantas organizaciones delictivas que operan en el País, aunado con lo acontecido este pasado jueves 17 de octubre, en Culiacán, Sinaloa; más otros sucesos (en Guerrero, entre otros Estados), con actos relacionados con estos grupos; hace pensar, en esa referida subyugación.
Las acciones fallidas de las autoridades, para combatir el crimen organizado, tal vez sean: a propósito (por contubernio “de facto”), por impericia, una criticable cobardía o por tibieza de la alta envestidura del poder político, enmascarada en una falsa misericordia (que se esconde entre la amnistía a “delincuentes menores y la amnesia selectiva a corruptos”, para el perdón y olvido). O quizás los buenos propósitos “moralizantes” de este nuevo gobierno de la 4T, “no han penetrado en las conciencias” de los que delinquen. Ni apelando “a la ayuda de las madrecitas y abuelitas de estos” o con su “fuchi, huácala”, que no le ha funcionado al Sr. Presidente. En el aspecto de seguridad, se nota la intención de implantar un gobierno de “amor y paz, tipo Hippiezco”, con ese buen propósito de decretar, los abrazos y no balazos, pensando quizás, que las armas de los delincuentes y las de los soldados defensores de la Patria, disparen, en lugar de balas, florecitas, por aquello de: “…más si osaré un extraño enemigo – interno o externo- profanar con sus armas, la paz del País…”. Gobierno “Hippie", que tal vez, con el intento gubernamental de legalizar la marihuana, se concretice”. Como diría algún cholo cristianizado: “pájaro mariano inmaculado” o sea “Ave María Purísima”.
Lo sucedido en Culiacán, puso en evidencia a este gobierno, según lo expresado por el mismo Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo y de un alto mando del Ejército Nacional (ahora, Guardia Nacional), donde el arresto de un hijo del Chapo Guzmán, “fue mal planeado”, que ocasionó una gran, y angustiante preocupación, ante el peligro de una violencia general, con efectos colaterales en aquella ciudad.
Versiones de estos hechos, abundan y circulan por las redes, del cómo y el lugar donde se le detuvo al hijo del famoso Chapo. Una de tantas: que el Capo Junior, escoltado por sus guaruras bien armados, al estar echándose unos tacos (“porque ya se andaba de hambre” el hombre), en un puesto callejero o en una de sus residencias, fue aprehendido supuestamente, en forma pacífica, se entregó en un “acto de compasión” del joven narcotraficante, al no oponer resistencia, para evitar una desgracia, a varias personas que no tenían “vela en el entierro”, si en ese momento, en ese lugar se hubiese presentado un enfrentamiento con los soldados. Fue un “acto sensatamente humanitario”, ya que hizo bien a un grupo o colectividad de personas. Evitó un daño colateral a la población.
Por otro lado, por parte del Gabinete de Seguridad, y avalado por el Presidente de la República, se realiza otro acto de “tinte” humanitario, por acuerdo “colegiado”. Dejan en libertad al personaje; al enterarse de las amenazantes medidas que tomarían las huestes del Chapo Jr. Si no lo dejaban libre; hubieran sido más trágicas las represalias en contra de las familias de los soldados. Aunque para entonces, ya se contaban con algunas inocentes víctimas entre la asustada población, como entre los mismos soldados y de los que defendían a su patrón. La ciudad estaba prácticamente sitiada por el Cártel de Sinaloa. Esto obligó al gobierno a dar la orden, de replegarse y dejar en libertad al hijo de Joaquín Guzmán (a) El Chapo. Evitando daños colaterales a población.
Entre estos dos “actos humanitarios” del cese al fuego, quienes se empoderaron fueron los del cártel de Sinaloa. Algunos pensaran que quedaron “a mano” (1 menos 1 ¿pagado? Diríamos en primaria), pero NO. Si hubo muertos, hubo heridos, quedó una sociedad angustiada, familias enteras preocupadas y huboo otra vez, de nuevo, la humillación de nuestro glorioso ejército mexicano, solo por una mala estrategia del gobierno. Aquí, ahora sí, entre los cárteles y este gobierno, como bien lo expresa la periodista, Directora de la Revista Siempre, María Beatriz Pagés Rebollar (Hija del fundador de la Revista Siempre, Don José Pagés Llergo), mandaron al diablo a las Instituciones, entre ellas, a las Honorables Fuerzas Armadas del País (Ejército Mexicano y a la Armada Naval); tal como lo manifestaba AMLO en sus largas campañas, como candidato. Ahora expresará de nuevo: NO es lo mismo gobernar, que se ser candidato.
Algunos de sus aduladores, está reconocida ineptitud, por el mismo gobierno, la elevan a un rango de “patriótico humanismo”. “Utaaa madre-dicen en mi pueblo- como han cambiado los conceptos”.
Tal vez confunden los términos, de humanitario y el humanismo. Humanitario suele aplicarse, como se anota arriba, en un sentido más general a quien hace el bien a un grupo o una colectividad, es decir que sería más o menos sinónimo de “benéfico” y de “caritativo”. Humanista se diferencia más claramente, pues se aplica a las personas versadas en humanidades, es decir en letras. Se refiere especialmente a los saberes poco o nada técnicos, y por consiguiente “con escasa o nula aplicación” práctica, en el sentido material del término, tales como historia, literatura, lenguas clásicas, etc.
Pero, cada quien tendrá su opinión a tan lamentables sucesos y los hubiera, son inmediatamente obsoletos, en cuanto a las medidas preventivas para evitar efectos colaterales en la población, de tan comentado caso.
Pero todos tenemos el derecho de opinar, así como el de cambiarnos de nombre; Sra. Citlali Ibáñez Camacho, (a) Yeidckol Polevnsky, Sra. Presidente de MoReNa “haiga sido como haiga sido”.
Hechos muy lamentables. Sr. Presidente, Si respeta y está a favor de la vida de los seres humanos. No apoye la cultura de la muerte, que inicia con la aprobación del aborto.
Y aquí están las consecuencias.
raulhcampag@hotmail.com
