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Incansable promotor cultural, artista y director de teatro, Rafael Evans ha logrado en poco tiempo trascender en una sociedad como la cajemense donde aún persisten prejuicios y resistencias al cambio.
Nada ha frenado la labor de Evans y ahora tiene un reconocimiento merecido: Recibió el Premio a la Filantropía Sonora edición 14, una distinción que entregan instituciones tan prestigiadas como el Instituto Tecnológico de Sonora (Itson); la Universidad de Sonora; el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD); el Colegio de Sonora (Colson) entre otras.
Junto con él también fueron distinguidos R. Baidón y Asociados S.C, y Amor y Convicción.
Hombre de convicciones
Entrevistado por los medios estatales, Evans se describe a sí mismo no para desafiar a las "buenas conciencias" sino para reafirmar sus convicciones personales:
“Soy homosexual, fui migrante, soy artista y también soy huérfano del narco, características que muchas veces nublaron mi futuro, mi energía, y los pasos firmes con los que me defiendo todos los días, a diario, porque siendo sinceros aunque micho se ha trabajado en temas de igualdad, diversidad, respeto, oportunidades artísticas y de seguridad, principalmente en mi municipio, aún falta mucho por hacer”.
"El Evans" ya es un personaje central en la cultura cajemense. Lo hemos visto aquí y allá, animando la transformación del Callejón Bunka, en conferencias donde habla como el Doctor en Arte Contemporáneo que es, abriendo espacios teatrales, al frente de escuelas artísticas para niños, seguro de que allí donde hubo balas habrá teatro o alguna otra manifestación artística que nos haga superar la pesadilla de violencia que vive Cajeme.
Hoy es el Premio Filantropía Sonora 2019, en la categoría "Personas", y tiene el reconocimiento de todos quienes lo hemos visto en su incansable labor cultural.
