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De nueva cuenta la sociedad cajemense es víctima de la desinformación que se difunde en redes sociales y da credibilidad a hechos inventados o desvirtuadoss.
Este es el caso del audio que en unas horas se hizo "viral" y donde un médico de la clínica del IMSS ubicada en la calle 300 y Jalisco narra el supuesto ataque de un vagabundo a una enfermera que labora en la misma clínica.
El médico afirma que su compañera de trabajo fue drogada con una sustancia que el vagabundo le hixo oler cuando detuvo su auto en el crucero de las calles 300 y Tabasco.
La narración puso en alerta a miles de personas que compartieron el audio en las redes sociales para advertir a familiares y amigos sobre lo que puede pasarles si se les acerca uno de esos menesterosos que hoy abundan en las calles de Cd. Obregón.
Entrevistada por autoridades del IMSS la enfermera negó que la hubieran drogado y precisó lo sucedido:
Cunado ella hizo el alto en las calles 300 y Tabasco se acercó un individuo sucio, al parecer desequilibrado mental, cuyo cuerpo desprendía un olor nauseabundo que a ella le provocó asco, olor que "se le quedó pegado en la nariz".
Con ese repulsivo olor llegó mareada a la clínica del IMSS, donde se desmayó al bajar de su automóvil.
La enfermera reconoció que el sujeto apestoso no hizo ningún intento por drogarla o algo parecido, sólo se acercó a pedirle limosna, se acercó tanto que le dejó impregnada su hediondez.
La enfermera rechazó hablar ante los medios de comunicación y se limitó a exponer la verdad del incidente.
Sin embargo en algunos medios se sigue dando por cierta la versión del médico que narra el caso en el audio "viral", advirtiendo sobre la presunta aparición de criminales en los crucero de la ciudad.
Verdad o realidad desvirtuada, el hecho es que a partir de hoy la discriminación contra las personas "en situación de calle", menesterosos, enfermos mentales o drogadictos, se ha incrementado como pudimos constatarlo en un breve sondeo.
Varias personas han admitido que aumentó su temor ante estos seres que aparecen en cada alto de semáforo. Apenas los ven aparecer, suben el vidrio de la ventanilla, hacen como si no existieran y algunsa voltean a ver a otros auotmovilistas como pidiendo un apoyo solidario en caso de peligro.
