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“Se ven muchas caras nuevas”, comenta alguien en el exterior del Itson. “Ni tanto, más bien un tanto revolcadas”, le revira su acompañante. El sarcasmo dio en el blanco y sobreviene la risa cómplice de ambos.
La ceremonia de cambio de poderes está a punto de iniciar y la señora Martha Patricia Patiño Fierro tiene un serio conflicto: no decide con qué gafete va ingresar. Si con el propio, el de su esposo Javier Lamarque como diputado federal o uno más como ex alcalde de Cajeme.
Barajea los 3 gafetes mientras habla con su hijo Plutarco, quien “suena” como futuro funcionario en el gabinete municipal en el área de deporte sin conocerse hasta ahora mayores méritos para el cargo. Aunque en estos casos influyentismo mata perfil o más bien, la falta de.
Acto seguido, la ex legisladora local alcanza a Lamarque Cano que en ese momento da una entrevista, toma de la mano a su consorte y se retiran muy contentos a observar el rito que protagonizó en septiembre de 1997 la hoy pareja legislativa.
Mientras eso ocurría, al recinto llega un polémico personaje del trienio 2006-2009, Francisco Villanueva Salazar, cuya gestión como alcalde quedó marcada por la desaparición de 12 millones de las arcas municipales por andar de corredor de bolsa.
Catrín de actuar frívolo, el ex munícipe aclara que ya renunció al PRI y nunca se afilió al PAN del que fue candidato fallido y que hoy es un “simple ciudadano común” ocupado en sus negocios privados tras gozar de una beca en el Tribunal Estatal Electoral.
A unos metros, una cándida regidora de Movimiento Ciudadano, Graciela Armenta Avalos, habla sobre su papel en cabildo: “Voy a ser una regidora que va estar presente”, se proclama como la antítesis de la regidora “ciudadana” más faltista del trienio, Giovana López Cedano quien, firme de convicciones, tampoco asistió esta vez a la sesión solemne.
El teatro luce a reventar. El color guinda está de moda en las prendas de vestir entre militantes, simpatizantes y uno que otro acomodaticio y/o arribista: vestidos, corbatas y mascadas lucen por aquí y por allá, muy a tono al color oficial de Morena, el pantone 1805 C para ser precisos.
El mensaje a los cajemenses estuvo lleno de frases y lugares comunes, como evidencia que el nuevo alcalde de Cajeme gusta de la retórica barata: “La corrupción, impunidad e inseguridad, deben quedar sepultadas en la historia” y “La corrupción y la impunidad son el binomio que estrangula la vida pública de México”.
Aunque en otros momentos fue puntual: “Instalaremos bebederos de agua potable filtrada en parques, escuelas y bulevares, así como sanitarios gratuitos en edificios públicos.
“Lanzaremos una campaña de nutrición y soberanía alimentaria, a partir de la promoción de huertos familiares urbanos y rurales.
“En educación, elaboraremos una monografía, histórica y cultural de Cajeme, para ser usada en el nivel básico y mucho más por el engrandecimiento de Cajeme”.
Tras la marcha hacia palacio, que desde hace 9 años no se realizaba (el último fue Manuel Barro), los participantes se dirigen a Cabildo para sesionar y votar los cuatro puestos que ocupan el aval de los regidores, como son el secretario, tesorero, contralor y comisario de Seguridad Pública.
El regidor petista Rosendo Arrayales le “puso el cascabel al gato”, al anunciar que votaría en contra de las propuestas, ya que no se le facilitaron los perfiles en un tiempo razonable para su análisis. Al contrario, trascendió que emisarios del alcalde intentaron sacarle una firma sin explicación de por medio y eso que tenían un pacto político de respeto.
La regidora naranja Graciela Armenta pidió el voto de confianza para el presidente municipal, lo que se interpretó como un guiño a las nuevas autoridades del municipio, muy acorde al actuar de este partido, que encabezado por el hoy diputado Jorge Russo, se convirtió en el Movimiento Faustiniano a partir de 2015. Pero muerto el rey...
su compañero de bancada, el empresario Gustavo Almada pidió tres días para votar la propuesta del ex delegado del Transporte, Francisco Cano Castro, pues afirmó que apenas un día antes por la noche le habían entregado el curriculum y la responsabilidad del cargo implicaba analizarlo con más tiempo.
El PRI en voz de Emeterio Ochoa habló a favor de Cano Castro y le manifestó al presidente municipal que votaría a favor de la propuesta, siempre y cuando cumplieron con los requisitos de ley, como son los exámenes de control y confianza.
Los minutos pasaban y lo ánimos subían de tono en el segundo piso de palacio, tanto que el regidor del Partido Encuentro Social, Víctor Manuel Ibarra Apodaca, se entrenó como representante del “Bronx” de la alianza Juntos haremos historia, al exigir “no demoremos más la decisión”.
El alcalde de Cajeme intentó mediar sin resultados y el primer mayoriteo de la coalición fue inevitable, mientras los regidores de Movimiento Ciudadano, del PRI, Verde y un petista no apoyaron la propuesta de comisario.
El secretario del Ayuntamiento, Ascensión López Durán se deslindó de la falta de atención hacia los regidores, ya que no fue responsabilidad cabildear a favor de las propuestas de su nuevo jefe. “A mí que me reclamen a partir de las próximas sesiones”, alegó.
Y sobre las diferencias que hay entre los miembros de la coalición, el ex regidor y ex secretario perredista aseguró que en este Cabildo los regidores tienen “libertad de expresar sus puntos de vista” y los convocó “a que le entren con ganas”.
Apenas en 2016, tras dejar su responsabilidad como regidor, López Durán sostenía: "No hay contrapeso en el Cabildo y hace falta compromiso por parte de los regidores, que levanten las demandas de la gente para tratar de darles solución, ellos son la voz del pueblo, pero la tienen en una situación de abandono, no van a las colonias, no conocen los problemas y por eso tenemos un Cabildo poco participativo y propositivo".
Antes como antes y ahora… cómo le va hacer para no caer en las misma prácticas de las que siempre se han quejado cuando son oposición y al mismo tiempo evitar que el Cabildo se convierta en la “cena de negros” que fue durante el trienio lamarquista, cuando se estrenó como secretario del Ayuntamiento.
Así fue el primer día de "una nueva era", un día en el que se jugó "como dice el librito"
