|
“Se ve, se siente, el orgullo está presente”, gritaron sin tapujos cientos de jóvenes de la comunidad LGTB durante su recorrido por las calles de la ciudad y que concluyó con un festival artístico en la plaza Alvaro Obregón.
El arcoiris que identifica al movimiento a favor de la diversidad aparece por doquier, lo mismo en las mejillas que en las banderas que se agitan; en las pancartas con consignas y los paraguas que en mucho ayudan para cubrirse del sol de verano.
Marchan y bailan por igual al ritmo de una alegría que traen por dentro, algunos tomados de la mano: hombre con hombre y hembra con hembra. No ocupan de besos ni abrazos furtivos para aparentar, muchos menos se esconden del morbo citadino que deambula por ahí.
Es como se advierte en la pancarta que trae una joven: “Prefiero que me odien por lo que soy, a que me amen por lo que no soy”. Otra más que presume que “Somos la generación que ama en libertad”.
En su caminar, las muestras de apoyo y solidaridad se hacen presente mediante los claxons de autos y camiones. En la acera algunas personas los saludan y les envían besos. Otras les gritan la clásica afirmación despectiva de que “por eso no llueve”.
Pero ni se dan por enterados porque están en lo suyo, coreando una canción de la polémica Gloria Trevi: “Y todos me miran, me miran, me miran, porque sé que soy linda, porque todos me admiran; Y todos me miran, me miran, me miran, porque hago lo que pocos se atreverán”.
“Amor es amor, por un mundo igual, nos debemos de respetar”, exclamaba Gabriela Monarrez, del colectivo Diverciudad y todos repiten al unísono, seguido de un “Arriba las manos por la libertad”, mientras sus brazos apuntan hacia el cielo.
Un confundido transeúnte del centro comercial pregunta sobre el suceso. “Es una manifestación gay”, le responde una mujer que está a su lado. En ese momento un deshinibido contingente entona a Calle 13: “Atrévetete te, salte del closet, destápate, quítate el esmalte; deja de taparte, que nadie va a retratarte; levántate, ponte hiper”.
Ya en la plaza, la música provoca las muestras de afecto, exentas de pudor y rubor. Algunas parejas se acarician, cuando de fondo suena la chilena Mon Laferte: “Arrúllame, ahógame, aplástame. Desármame, cómeme, fúmame. Amor inquieto, amor drogado, amor completo”.
Un joven que porta unos zapatos al estilo de Marilyn Manson se sube al templete a cantar temas de la artista londinense Dua Lipa y “prende” con su actuación a los presentes. La porra delata que gustó al público: “Bien perra te ves, bien perra”.
Por lo visto, para esta celebración bastantes closet se quedaron vacíos y otros más se van a deshabitar en su legítimo derecho de decidir a quién amar, más allá de prejuicios y creencias que discriminan a la persona.
No son de sus tiempos, pero hacen propia la letra de la canción "Mujer contra mujer" del grupo español Mecano, sobre todo la frase “Y lo que opinen los demás está de más”…Con tooodo respeto, diría doña Margara Francisca.
