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Según estimaciones no oficiales, más de 300 personas deambulan por las calles de Ciudad Obregón.
Para ellos se abre una oportunidad para corregir su vida: Casa Betania, cuyo significado en arameo es Casa de Dios.
El sacerdote José Antonio Barrer comentó que a las personas que ingresan al albergue se les da un techo, alimento, atención de su salud física o mental durante un periodo aproximado de cuatro meses.
“Es el tiempo estimado para que una persona se reconcilie con su vida, der forma voluntaria y con una actitud de cambiar su situación y muy responsable por si necesita ayuda por alguna dependencia”, indicó.
Para estas tareas, agregó se tiene la colaboración de la Unaides en caso de alguna adicción y de Alcohólicos Anónimos, además de doctores y enfermeras que aportan su experiencia en el proceso de rehabilitación.
En su labor por ayudar a los indigentes, el religioso lleva más de dos años en su parroquia ubicada al sur de la ciudad, donde han acudido en su auxilio unas 300 personas en su mayoría migrantes y que ha logrado a rescatar una tercera parte.
“Una persona cae en indigencia principalmente por la falta de oportunidades, la mayoría no tuvo una educación formal y en algunos casos por situaciones morales”, consideró.
Casa Betania se ubica por la calle Ramón Ross casi esquina con Donato Guerra en la colonia Sochiloa.
La presidenta del patronato es Yansi Daniela de González, quien invitó a la comunidad hacer su aportación a este proyecto aún sin terminar.
Para el próximo 26 de abril, a partir de las 20 horas se realizará el tercer festival de paellas en Puente Real Residencial. Lo recaudado se destinará al equipamiento y mantenimiento del albergue.
El costo del boleto es de 300 pesos.
